Hoy es uno de esos días en los que comprobamos lo rápido que pasan los años y al mismo tiempo, cuando miramos por el retrovisor y apreciamos lo que nos ha costado esta lucha.
Desde su inicio nuestro partido, no ha transitado un camino tradicional, empezando porque nacimos en dictadura y eso muy relevante, pero sobre todo por cada uno de los episodios donde nos hemos tenido que graduar como ese partido de vanguardia que los venezolanos esperaban, dispuesto a poner por delante de cualquier aspiración la libertad de Venezuela y a sacrificar lo que hubiese que sacrificar, y vaya que hemos sacrificado…
Voluntad Popular ha sido el único partido en la historia de Venezuela que nació convocando un proceso de elecciones abiertas aquel 5 de Diciembre del 2009, desde el Fórum de Valencia, lo que abrió la posibilidad para que dirigentes de base, líderes populares de la sociedad civil, jóvenes que venían de la lucha estudiantil y mujeres guerreras, que hasta ese momento no habían tenido la oportunidad de tener roles protagónicos en la política pudieran demostrar su vocación de servicio. A lo largo de estos años hemos seguido sumando activistas valiosos que hoy siguen ocupando puestos importantes de dirección a nivel parroquial, municipal, regional, nacional e internacional.
En este camino, hemos levantado con gallardía nuestras banderas de lucha y hemos pagado el precio. Por un lado, el reconocimiento y acompañamiento a nuestro espíritu de lucha que se ha visto reflejado en gremios, sindicatos, universidades y diversas esferas de la sociedad civil; pero por otro, hemos sido la organización política más perseguida por la dictadura de Chávez y Maduro y sin embargo, nunca paramos.
Hoy escribo estas líneas para reivindicar nuestro trabajo, y decir que me siento MUY ORGULLOSO de formar parte de un partido que ha estado a la vanguardia en todos y cada uno de los momentos en que se ha tambaleado la dictadura y que a pesar de que eso nos ha costado cárcel, persecución, muerte, dolor y exilio, todo vale la pena por recuperar el mejor país del mundo: Venezuela.
– En el 2014, fue Leopoldo López, quien despertó al pueblo y revivió la tesis de que es en la calle donde debemos y tenemos que luchar por nuestros derechos, eso costó su encarcelamiento y el de decenas de compañeros, líderes regionales, alcaldes y jóvenes que asumieron con valentía la resistencia. Con nuestro Coordinador Nacional preso, lejos de venirnos abajo, multiplicamos su garra por miles y mantuvimos el ritmo de la lucha por meses.
– En el 2016, asumimos de frente una cruzada contra la corrupción e hicimos del conocimiento mundial que estos malandros eran una amenaza para la región entera y logramos que comenzaran a activarse las alarmas de la comunidad internacional. Batallamos contra PDVSA, Odebretch, PUDREVAL y decenas de corruptos en todo el país. En mi caso, contra la casta que desde el Zulia y con Francisco Arias Cárdenas a la cabeza estaba saqueando nuestro estado. Eso me costó una injusta orden de aprehensión, que hoy la veo como un diploma de graduación moral y no como un lamento, porque si te persigue una dictadura férrea como la que sufrimos, es porque hiciste lo correcto.
– En el 2017, asumimos de nuevo la calle junto al pueblo de Venezuela y en cada manifestación, ahí estuvo siempre nuestra impronta naranja. Cientos de dirigentes perseguidos, heridos, presos y torturados y seguían dando la cara otros miles, demostrando de nuevo que jamás han logrado ni lograrán quebrarnos en nuestras convicciones. Alcaldes, diputados y líderes fundamentales de nuestro equipo tuvieron que trasladar al exilio o a una cárcel su lucha como consecuencia de estos más de cien días en las calles de Venezuela, a ellos y a todos quienes han luchado, tenemos que reivindicarlos.
– Y en este 2019, cuando renace la esperanza de cambio y se configura después de muchos años una ruta política única: “Cese de la usurpación, Gobierno de transición y elecciones libres” nuevamente está allí nuestra impronta naranja encabezando el Gobierno Interino con el Presidente Juan Guaidó, un fundador de Voluntad Popular, que conoció el trabajo local como coordinador regional en Vargas, que maneja al detalle el funcionamiento interno y cada rincón de nuestro partido como responsable nacional de organización, que aprendió como diputado a luchar en el terreno de las instituciones adversando a Diosdado Cabello y compañía y que hoy bajo su liderazgo se ha logrado construir no solo un proceso de cambio en el país, sino la coalición internacional de lucha más grande que se ha visto desde la segunda guerra mundial enfilada hacia un cambio de régimen en Venezuela.
A pesar de los errores naturales que como novel organización podamos haber cometido, el mundo entero hoy reconoce la trascendencia que hemos tenido en esta etapa y eso es gracias también a quienes nos han representado a nivel internacional cuando nadie volteaba a ver la crisis venezolana , empezando por Lilian Tintori e Isadora Zubillaga, quienes abrieron las puertas para que hoy tengamos también una especie de “redes populares diplomáticas” en prácticamente todos los países claves en el mundo.
Debemos reivindicar nuestras luchas hermanos, las historias de nuestros líderes, reivindicar el rol de nuestras parejas y familiares y muchos detalles que la gente no conoce de cómo hemos vivido esta década.
Este cumpleaños número 10 también debe ser una oportunidad para reafirmar nuestros valores originales, para depurar, para renovar nuestra fe en ese proyecto que hemos llamado La Mejor Venezuela y que es el sueño que nos mueve, para seguir combatiendo la corrupción que en los últimos días viene tocándonos también la puerta en casos puntuales, para revisar cada espacio de participación y garantizar que después de diez años no se hayan instalado vicios que históricamente hemos combatido, para aprender de la experiencia que no hay que ser excluyentes, pero sí selectivos a la hora de escoger y aceptar a políticos que nos tocan la puerta y que en nada se parecen a este proyecto, para renovar espacios donde tenemos jóvenes que quieren comerse el mundo pidiendo una oportunidad, para escuchar y para seguir diferenciándonos en nuestros actos de una vieja clase política que dejó de representar la irreverencia y la esencia del bravo pueblo de Venezuela hace mucho tiempo.
Cierro esta reflexión ratificando que estoy convencido de que vamos a salir de esta pesadilla mucho antes de lo que algunos piensan y en nuestra próxima década el balance que tendremos que hacer será acerca de nuestra actuación en la Venezuela democrática. Momentos más terribles vivieron otras naciones, se levantaron y prosperaron. Venezuela es el mejor país del mundo y su gente dentro o fuera del país en este momento, no tolerará esta dictadura asesina por mucho tiempo más.
Estemos a la altura de las circunstancias que ya viene… ¡Ya viene La Mejor Venezuela! Fuerza y Fe.