Esa es la historia de Juan Requesens, joven diputado de la Asamblea Nacional, quien precisamente este jueves 15 de noviembre cumple 100 días, preso en la sede del SEBIN, 100 días de injusticia.
A Juan lo detuvieron el 7 de agosto, en medio de un desproporcionado operativo y sin orden judicial alguna, la razón de tal acción, señalan que por su presunta vinculación en el “atentado” contra Nicolás Maduro el pasado 4 de agosto en un acto en la avenida Bolívar. Dicho sea de paso, que a más de 100 días de aquel hecho, el régimen, ni mucho menos el fiscal de régimen, han logrado presentar pruebas creíbles de tal atentado.
Aquel 4 de agosto quedó en la historia, como el día en el cual se ejecutó un burdo montaje para distraer al mundo y a los venezolanos del desastre en el cuál, Maduro, y su gente, han hundido al país. Lamentablemente fue Juan el escogido para intentar mantener aquella absurda tesis, por ello en esos 100 días, a sus abogados apenas le han permitido verlo en dos ocasiones por 30 minutos y el tribunal, desde el acto de presentación, no ha despachado nuevamente.
Sin pruebas y sin juicio, el Tribunal Especial Primero de Primera Instancia en Funciones de Control con competencia en casos vinculados al terrorismo, acordó privarlo de su libertad, acusándolo de ser presunto autor de varios delitos contra el sistema y “homicidio intencional” contra Nicolás Maduro. Todos estos delitos imputados se basaron en ilegales testimonios obtenidos bajo tortura, coacción e inducidos por droga.
Su salud se ha visto comprometida, y a pesar de ello, se le ha negado la asistencia debida, al igual que al resto de los presos políticos. El padre de Juan, reconocido médico del país, por referencias de los abogados, ha deducido la condición de su hijo, sabe que no está bien, por ello, clama su libertad y reclama justicia. Cada mañana publica en sus redes una dolorosa cuenta, esa que hoy recuerda que precisamente llega a 100 días de denegación de justicia. Por este caso y por todos los presos políticos de este régimen, Maduro deberá pagar.
Hoy reclamamos por su libertad, y por la libertad de Leopoldo López, Iván Simonovis y más de 400 presos políticos.
Exigimos justicia para Leopoldo López, de quien se ha demostrado su inocencia, pero aún permanece atado al grillete de esta dictadura. La libertad debe llegar también para Iván Simonovis y los policías metropolitanos, quienes cumplieron esta semana 14 años de injusta cárcel, y que a 16 años de los sucesos que se les acusa, el régimen no han comprobado su culpabilidad, siendo sometidos a una total denegación de la justicia. Es hora de liberar a todos los presos políticos.
También este régimen tiene que pagar por los expatriados, por el sufrimiento y persecución a la cual hemos sido sometidos otros cientos que nos vimos obligados a salir del país, junto a nuestras familias, para salvar sus vidas.
A todos estos hombres y mujeres valientes, de pensamiento libre, de alma noble y espíritu inquebrantable, que están injustamente privados de libertad por haberse rebelado contra el yugo de la dictadura, le dedicamos estas líneas, y ratificamos nuestro compromiso de no desmayar, ni descansar, hasta lograr su libertad y hacer justicia.
Esta dictadura tiene que pagar todo el mal que nos ha hecho, la verdadera justicia le tocará su puerta, de eso no tengan dudas.