Con el lodo hasta el cuello, así ya se encuentra Nicolás Maduro, hundiéndose cada día más en el pantano de sus miserias.
Por Lester Toledo
Con cada sanción, cada avance que logramos en su contra, por cada apoyo internacional que pierde el dictador y que gana la oposición, con la aprobación del TIAR y su conjunto de sanciones, más el reconocimiento internacional del gobierno legítimo de Juan Guaidó, todos estos pasos y decisiones, que paulatinamente se han dado, se han convertido en lastre para Maduro que lo están hundiendo irremediablemente cada vez más.
El respaldo hacia el gobierno legítimo de Venezuela va en aumento, son más de 50 naciones que así lo han reconocido, fueron 12 los países que en primera instancia aprobaron, en el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos, constituir el Órgano de Consulta y convocar a los cancilleres de los países miembros del TIAR, y que luego se sumaron cuatro votos en el encuentro de los líderes diplomáticos celebrado en Nueva York, para aprobar con 16 votos un nuevo esquema de medidas sancionatorias.
A esta suma de capacidades se añade el reconocimiento oficial de la delegación venezolana en las Naciones Unidas y la OEA. Lo que significa el gobierno legítimo de Venezuela ocupa los puestos que así le corresponde, mientras que el régimen de Maduro es aislado, huye y se hunde.
La determinación en la defensa de lo establecido en la Carta Democrática la estamos evidenciando, ya los anuncios y pronunciamientos están trascendiendo a la acción.
Una de estas acciones fue la reunión histórica convocada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, junto a los mandatarios del mundo libre y nuestra delegación venezolana, para evaluar y decidir los pasos a seguir.
Maduro y sus cómplices tienen más que claro que con el TIAR viene el endurecimiento de las sanciones a las que se sumará la comunidad europea, desde donde vendrán medidas aún más fuertes. Todos estos pasos son movimientos que están llevando a Maduro hacia el foso.
El hecho de que se incrementen las ayudas para nuestros hermanos venezolanos, es también señal de respaldo mundial y sensibilidad hacia lo que está aconteciendo en el país, sin embargo, hay otra realidad, el flujo migratorio no parará, la crisis humanitaria no desaparecerá mientras Nicolás Maduro se mantenga usurpando el poder.
Y es que si bien hemos vencido barreras y obstáculos de este régimen criminal y logramos ingresar más de 900 toneladas de ayuda a Venezuela, aún resulta insuficiente porque son más de 18 millones de venezolanos que según Codevida no tienen acceso a la atención primaria de salud y son más de 9 millones que según Naciones Unidas que están en riesgo de muerte, frente a ello, toda la ayuda será insuficiente y siempre seremos los primeros en reconocerlo.
Pero no podemos perder el foco, lo hemos dicho y lo ratificamos, la ayuda humanitaria más efectiva que urge Venezuela es el cese de la usurpación, esta es la única llave que logrará frenar el flujo migratorio, porque mientras este Maduro, el éxodo de venezolanos se va a incrementar y la crisis se seguirá agudizando, ese es el problema de fondo, de allí la necesidad y urgencia de promover y ejercer aún más presión hasta lograr poner fin a la dictadura en nuestro país.
Seguiremos concertando apoyos, sumando capacidades para rescatar a Venezuela de la crisis y ejerciendo mayor presión para ver cómo se hunde cada día más al dictador.