Cuando en Miraflores leyeron esta advertencia en un tuit que los marines norteamericanos enviaron apenas embarcaron en el buque USS Detroit para su despliegue de la lucha contra el tráfico de drogas en el Caribe y el Océano Pacífico, sabían que era con ellos, muchos comenzaron a temblar, otros no pudieron controlar sus esfínteres, mientras a otro le fallo la vejiga.
De un cartel de “Se Busca”, se progresó a una recompensa millonaria y de la recompensa se avanzó a la operación antidroga más grande de Occidente, como se quiera tomar, hacia el régimen venezolano.
El mensaje fue claro, Donald Trump, presidente de Estados Unidos ordenó al Comando Sur aumentar la vigilancia, las incautaciones, el despliegue de aeronaves, naves y helicópteros destructivos para proteger al pueblo americano de “la escoria de los narcóticos ilegales”.
Claro está que al hablar de esa escoria, metían en el paquete al usurpador venezolano, cuyo “régimen ilegítimo de Maduro se beneficia del tráfico de drogas”, apuntó el jefe del Pentágono, Mark Esper.
Mientras que William Barr, titular del Departamento de Justicia estadounidense, no fue menos tajante en su declaración, al afirmar: “Los cárteles necesitan ser derrotados, tanto para el pueblo de México como para el de Venezuela”.
Maduro y su Cartel de Los Soles fue señalado por el Departamento de Justicia norteamericano de contrabandear 250 toneladas métricas de cocaína al año hacia los Estados Unidos.
Luego de la advertencia de los norteamericanos de “los encontraremos”, algunos tardaron en reaccionar, otros lloraron y otros salían de los baños apresurados, pero lo que si dejaron por sentado es que el miedo a la cárcel y a la justicia es lo que más desestabiliza y descontrola al Cartel de los Soles y a su líder.
De allí patalearon por televisión, amenazaron e insultaron a quienes los amenazaban, pero en vez de reaccionar en contra de Estados Unidos, en contra de sus buques, flota y aviones de combate, la emprendieron en contra los más débiles, como cobardes que son.
Desataron su “furia” en contra de jóvenes miembros del equipo del presidente ( E ) de Venezuela, Juan Guaidó, su familia, y hasta fueron capaces de secuestrar y desnudar a una joven. Para evidenciar una y mil veces, quienes son los cobardes, y cómo reaccionan ante el miedo.
Si el ala militar vinculada al Cartel de los Soles y a su líder Maduro, fuera tan valiente y comprometida con la soberanía venezolana, ya más de uno hubiese desenvainado su espada en contra de la “amenaza americana”, pero tal ha sido su cobardía y miedo a la cárcel, y tan conscientes de su culpabilidad, participación en el narcotráfico y en el deterioro de Venezuela, que prefieren mantenerse frente a las cámaras de televisión, haciendo sus shows, gritando insultos y amenazando a ciudadanos indefensos e inocentes.
Y han llegado a tal nivel de desesperación y descaro, que han pretendido vincular la actual crisis por el desabastecimiento de gasolina, generada por su saqueo y deterioro a PDVSA, con la lucha contra el narcotráfico desplegada por el gobierno norteamericano.
Si siguen a ese ritmo, no tardaran en endilgarles a los americanos todos los males de Venezuela, incluso, el incremento de la cifra de muertes por Coronavirus, cuando el mundo entero sabe que ellos son los causantes del deterioro del sistema de salud venezolano, que están claros que los del Cartel de Los Soles prefirieron llenarse los bolsillos, sin importarles si con ello dejaban vacíos los depósitos de insumos médicos y medicamentos de toda Venezuela.
Con su furia no lograran detener nada, ya están advertidos, así que más temprano que tarde, la justicia los encontrará y los hará pagar por todo el daño que han ocasionado. Entréguense ahora, porque de no hacerlo, de igual forma “Los encontraremos”.