Más que una Navidad adelantada desde el mes de octubre, tal como lo anunció infelizmente esta semana Nicolás Maduro, el mejor regalo que nos puede adelantar a todos los venezolanos es su partida del poder y del país.
En medio de una crisis económica aguda y sin precedentes, el ocupante de Miraflores quiere hacer una gran fiesta de un verdadero drama. O acaso le parece chistoso y un asunto para celebrar haber llevado a Venezuela a su cuarto año de hiperinflación y su séptimo año de recesión, con una dolarización transaccional desde 2019. Es acaso una razón para hacer una fiesta cuando el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima una inflación de 5.500 % al cierre de 2021
O el tipo está loco, es un gran payaso, tiene delirios de Santa o pretende que con puro circo, perniles despedazados, comida de mala calidad y hasta putrefacta, con música y papelillos, el pueblo va a olvidar, o pasar por alto su triste realidad y la fracasada política económica de Maduro, que precisamente en octubre, mes para el cual anunció este disparate de adelanto de su propia navidad, es que anunció el inicio de la tercera reconversión monetaria, o lo que es igual, a la eliminación de un total de 14 ceros a la moneda nacional desde el año 2008 y que fue impulsada por la hiperinflación, que empezó a afectar a la economía venezolana a partir del año 2017.
Lo triste es que este Santa del Tercer Mundo prefiere repartir regalitos y hacer show de luces de navidad en las calles, en vez de ocuparse de suministrar las vacunas que se requieran para inmunizar en contra del COVID-19 al pueblo venezolano, o dotar los hospitales de insumos y medicamentos, restablecer la producción nacional, respetar la propiedad privada, o restituir los servicios de agua, electricidad, agua y gasolina.
Navidades de crecimiento económico, así lo prometió Nicolás, que si vemos la crítica realidad de nuestros país, tal promesa puede ser considerada un insulto.
Ahora bien, recordemos que esta fórmula de adelantar la Navidad, o lo que es lo mismo, la política populista de pan y circo al pueblo, ya fue implementada por Maduro en el 2020, cuando se inventó un decreto para adelantar por dos meses las festividades navideñas.
Valiéndose de ese decreto en plena pandemia, adquirió millones de juguetes, de los cuales muchos se perdieron, unos pocos fueron entregados, otros fueron negociados, otros acaparados, y para los Santas corruptos sirvió de excusa para hacer de la desdicha del pueblo, un gran negocio.
Antes de hacer estos anuncios populistas, Nicolás debería consustanciarse con la realidad del pueblo, y no con los bolsillos y cuentas bancarias de su entorno.
Atrévete Nicolás, y sal de tu burbuja, para preguntarles a los niños del servicio de Nefrología del JM de los Ríos, que prefieren, un trasplante, medicamentos, atención debida o una navidad adelantada. Pregúntale a sus padres, a quienes no les ha quedado otra que esperar la muerte de sus pequeños, porque no hay posibilidad de trasplantes en el país, no hay suficientes equipos de diálisis, ni inyectadoras, ni scalp, ni siquiera sondas.
Navidades anticipadas no Nicolás, mejor anticipa tu salida y el fin de tu revolución de miseria. Eso sí nos daría grandes motivos para una real celebración.