Cuerpos famélicos, miradas perdidas, piel reseca, tristeza y dolor así son los rostros del hambre que cada día vemos con más frecuencia en las calles de nuestra Venezuela.
Hoy hurgar en la basura no es propio de indigentes, no, ahora es común para padres y madres buscando alimentos para sus hijos, esa es una gran verdad, una verdad tan grande, que todo el aparataje mediático del régimen, toda la censura y el psicoterror oficialista, no pueden ocultar.
Estamos a días del nacimiento del Niño Jesús, y por primera vez en nuestra historia, la tradición de recibir regalos el 24 de diciembre corre riesgo de sucumbir, porque Nicolás Maduro, cual Herodes, se encargó de ello. Herodes asesinó niños y Maduro también, solo él es el responsable de las muertes por desnutrición y enfermedad en Venezuela.
Muchos padres hoy estarán en la disyuntiva de comprar regalos o comida, y muchos niños venezolanos preferirán recibir un plato de comida que un juguete.
Esa es la realidad de nuestro país, un país triste con rostro de hambre, y conscientes de esa verdad, en Voluntad Popular decidimos tomar partido e intentar intervenir con miras a cambiar.
Sabemos que el régimen, que es quien debería garantizar el bienestar de los ciudadanos, no iba a mover ni un dedo para mejorar las condiciones de vida, que tampoco iba a reconocer la gravedad de la crisis en la cual hundió al país, porque reconociendo la verdad quedaría ante el mundo como el régimen hambreador, cruel y asesino que es, por ello dimos un paso adelante y retomamos la iniciativa denominada Rescate Venezuela. Una iniciativa social, que en el estado Zulia logró implementarse en 23 comunidades de alto riesgo, y en todo el país llegamos a nueve estados.
Durante dos meses sin descanso intentamos, con todas las fuerzas, cambiar esa tristeza por la esperanza, ese dolor por solidaridad, y en parte lo logramos, nos conectamos con la necesidad de esos venezolanos olvidados por el régimen, le escuchamos, alimentamos y a muchos los sanamos a través de Rescate Venezuela.
Acudimos con miles de voluntarios a las comunidades, mostramos al mundo esos rostros marcados por el sufrimiento y dejamos evidencia de la verdad. Una verdad que habla de un futuro comprometido, que nos dice que el desarrollo físico y mental de 4 de cada 10 de niños está en riesgo por la desnutrición, que 15 de cada 100 pequeños en estado de pobreza están en desnutrición grave, que de esos 15 más de 5 mueren semanalmente. Por eso intervenimos y por ellos seguiremos ejerciendo presión ante el mundo hasta lograr la apertura de un canal humanitario para Venezuela.
No es cuestión de capricho o manipulación mediática, es cuestión de obligación, de vida o muerte. El Estado está en la obligación de aceptar la ayuda humanitaria de todas las naciones y organizaciones que así lo han dispuesto, porque así lo manda la Constitución. Es el Estado venezolano el garante de la vida y la salud de sus ciudadanos, el no hacerlo, lo coloca de nuevo fuera del orden constitucional.
Acá no está en juego el poder de unos pocos, lo que en verdad está en juego es la vida de millones de venezolanos, y esos es la prioridad.
Nosotros nos mantendremos firmes en nuestra lucha y petición de un canal humanitario para Venezuela y mientras seguiremos con nuestra iniciativa de rescate, apoyando a cada venezolano que podamos, uno a uno, hasta lograr el rescate de todos los venezolanos y podamos salir juntos de esta dictadura.