Así es, a los miserables como Nicolás Maduro, Motta Domínguez, Néstor Reverol y al mismo Omar Prieto, a todos estos canallas, no se les va la luz, por eso no les duele, ni les afecta, es que ni les importa, someter a los zulianos a extenuantes y sofocantes jornadas de racionamiento eléctrico.
Es una indolencia total ante todo el daño que le han hecho a los zulianos, mienten descaradamente y no asumen su culpabilidad por el estado de deterioro del sistema eléctrico nacional.
No se inmutan frente el dolor y la impotencia de una madre por el llanto desesperado de sus hijos al no soportar el calor y las picadas de los zancudos, ni por la agonía o sufrimiento de los ancianos, o por los enfermos que no puede dializarse o recibir sus radioterapias, o por las clínicas que no pueden atender emergencias porque no hay fluido eléctrico, ni por aquellos que pasan noches enteras de desvelo, porque ellos decidieron interrumpir el fluido eléctrico durante toda la madrugada.
A los miserables no se les va la luz, unos permanecen en sus cómodas y lujosas oficinas de Caracas y los del Zulia, o cuentan con grandes plantas eléctricas para no sufrir calor como el resto de los mortales, u ordenan a Corpoelec que los excluya del “plan de distribución de cargas”, porque así llaman a los racionamientos criminales.
Y es que la indiferencia llega a tal punto, que ante esta tamaña crisis generada por ellos mismos, no han sido capaces de proponer soluciones inmediatas, solo mas cortes de electricidad, rebotando la responsabilidad sobre los ciudadanos, sacrificándolos con más horas de tortura, para ellos ocultar que la situación eléctrica, hace rato, se les fue de las manos.
Por ello se inventan situaciones como traslados de gigantes turbogeneradores fantasmas, supervisan varias veces las mismas plantas, y reeditan formulas del pasado. Fórmulas que tal vez, en su momento le funcionaron a Chávez, pero que hoy día no engañan a nadie, como aquello del Estado Mayor Eléctrico, una entelequia oficialista para decir que se está haciendo algo, cuando en realidad no se está haciendo absolutamente nada.
El fulano Estado Mayor Eléctrico que instalaron en el Zulia este 11 de julio, resulta que ya ha sido implementado en dos ocasiones, ésta sería la tercera vez. La primera fue en 2010, Chávez lo creó y el mismo estaba conformado por: Elías Jaua, Alí Rodríguez Araque, Jorge Giordani, Rodolfo Sanz y Rafael Ramírez.
Cinco años después, el 10 de agosto de 2015, en Gaceta Oficial 40.720 se publicó el decreto 1.920 de la Presidencia, que constituyó otra vez el Estado Mayor Eléctrico. Y ahora, luego de tres años, reeditan esta estafa en el estado Zulia, la región más golpeada por la crisis del sistema eléctrico.
Mientras plasmábamos estas reflexiones, familias zulianas ya registraban más de 12 horas sin electricidad, habían pasado la noche entera sin poder descansar, con la agonía extenuante del calor y la incertidumbre de no saber a qué hora se restablecería el servicio.
Hace cinco meses iniciaron las interrupciones del servicio cada cuatro horas, luego aumentaron a seis horas, ahora amenazan con ocho horas y más, pero es que además de las interrupciones, que los miserables del régimen llaman programadas y que solo ellos conocen los horarios, las pocas horas en las cuales hay fluido eléctrico, este es tan inestable, que entre cada apagón, se llegan a registrar más de 20 fluctuaciones que ponen en riesgo los electrodomésticos de los ciudadanos, pero nadie dice nada, y los miserables no dan la cara.
La situación ya se hace inclemente, cruel, inhumana e insostenible, los zulianos urgen de solución, pero, para los miserables la solución es el sacrificio de la gente, no hay respuesta inmediata, y es que allí está el gran negocio de los miserables, ellos se enriquecen en las crisis.
Mientras más se agudiza la situación, por la vía de la emergencia, los miserables obtienen la libertad de negociar a sus anchas la adquisición de turbogeneradores, contratar obras sin licitación ni control y hasta construcción de obras de envergadura.
Nada dicen del Parque Eólico de la Guajira, o de la barcaza de Bachaquero, de la Planta de Tamare o de la culminación del Complejo Termoeléctrico del Zulia. Levantaron un museo abierto de obras abandonadas y de dinero robado. Y ahora como solución a la actual crisis se plantean un nuevo negoción, la construcción de una planta Carboeléctrica de 1000 MW, que tendrá un costo de 4000 Millones de $, con el daño ambiental incluido que generarían los procesos de extracción y suministro de carbón.
Ahora bien, la ironía se acrecienta por el tiempo de ejecución estimado para esta planta, pues se habla 4 años, que en nada mejoraría el gravísimo problema eléctrico que padecen los zulianos hoy, y que aun construyéndola no llegaría a satisfacer la real demanda del Zulia, pero sí llenaría los bolsillos de los miserables, pues a ellos no se les va la luz.