El propio cuento chino, justo para eso ha quedado el régimen venezolano para echar cuentos chinos a los venezolanos.
Ha sido todo un cuento chino para hablar del impacto del Coronavirus en el país, de las cifras, para referir a los casos, para huir de sus responsabilidades y para silenciar la persecución al personal médico que se ha atrevido a hablar sobre el tema y a los periodistas que con sus denuncias los han dejado en evidencia. Un cuento chino, tras otro.
Como el cuento que el mentiroso compulsivo con título de psiquiatra, léase, Jorge Rodríguez, le montó al país con la aparición misteriosa de 20 nuevos casos de coronavirus en el estado Nueva Esparta, y que debido a ello intervendría la dirección de salud de la entidad e investigaría al epidemiólogo regional, porque según el maquiavélico psiquiatra, este había autorizado el ingreso de los infectados con el virus.
Pero con lo que no contó el régimen fue con la rápida, lógica, sensata y certera respuesta ofrecida por el gobernador Alfredo Díaz, quien le dijo al embustero: «Debes indicar y lo exijo en nombre de Nueva Esparta, cómo fue posible que estos ciudadanos hayan entrado a Margarita procedentes de República Dominicana, cuando desde el mismo día que Maduro declaró estado de alarma, pedimos desde la gobernación el cierre y suspensión de entrada y salida de aviones y zarpes, además, te informo que todos los accesos a la isla los tiene la ZODI bajo su resguardo… Por último, Epidemiología depende del Ministerio de Salud, no de la Gobernación. Te siguen informando mal», expresó.
Y ese es el asunto, que ni los cuentos saben echar.
Lo que también Jorge Rodríguez pasó por alto en su cuento, fue la parte donde Dante Rivas fue designado como “protector” del estado Nueva Esparta para usurpar las funciones del gobernador. En otras palabras, tener a un gobernador opositor sólo para achacarle las culpas de sus fracasos, les resulta útil, pero, a la hora de apoderarse de los dineros y del control de la región, el bueno para ellos, es el usurpador.
Otro cuento que no les ha salido bien es el de las pruebas que presuntamente se realizan a diario para determinar los casos de Coronavirus. Los mismos trabajadores del Instituto Nacional de Higiene (INH) lo reconocieron, sólo tienen la capacidad de analizar una décima parte de las muestras de COVID-19 que reciben al día. Si acaso pueden realizar 100 pruebas cada día.
Y entonces salen estos cuentacuentos a decir que Venezuela es el país que realiza más pruebas de COVID-19 que cualquier otro país de Latinoamérica, y curiosamente, en lugar de detectar más infecciones, como es el común del resto de los países que realizan más pruebas, presentan a Venezuela como el país que reporta menos casos.
Acá la única historia verdadera es que a Maduro no le interesa proteger a los venezolanos del COVID-19. Y esto lo evidenciamos todos los días, cuando arrestan a los médicos, acosan a los periodistas, desvían lotes de test destinados a la ciudadanía, obstaculizan el ingreso de ayuda humanitaria, sabotean cualquier iniciativa de atención de salud a nuestros hermanos venezolanos y se niegan rotundamente a realizar pruebas y proteger del virus a los más de 300 presos políticos, sometidos a riesgo de muerte por este régimen.
Otra gran verdad es que ni los venezolanos, ni el mundo entero, estamos para cuentos chinos, queremos y exigimos certeza, certeza de libertad y de justicia, una justicia que cada vez se aproxima más y se cierne sobre el dictador corrupto. Al líder del Cartel de los Soles poco le importan los venezolanos, lo único que le ocupa es mantenerse en el poder para seguir robando, traficando y engordando sus bolsillos y el de su entorno. Y esto último no es ningún cuento chino.