Ya bastante tenemos los venezolanos con el hecho de calarnos por más de 20 años a un régimen corrupto, asesino, autoritario, y dictatorial, que además chantajea, extorsiona y compra dirigentes y líderes contrarios para perpetuarse en el poder.
Sarna con gusto, no pica, dirán aun algunos chavistas que aceptan vivir y convivir bajo ese yugo, total, ellos votaron a su favor y lo decidieron así, como también otros que, pensaban distinto, pero que se corrompieron y desviaron en el camino y le vendieron su alma al diablo, con ello me refiero a los alacranes.
Pero en esta nueva historia de Venezuela, lamentablemente estamos viendo a un tercer tipo de chavista oculto o mejor dicho, dirigentes disfrazados de oposición, que llegaron a ser gobernadores, otros alcaldes, algunos legisladores y otros concejales con el voto opositor, pero que en la práctica están haciéndole el juego al régimen, a esos que el otro chavismo. Siempre lo he dicho, prefiero ser el vecino incómodo, pero no el inquilino servil.
Vamos a la raíz del concepto oposición para que no perdamos el hilo: Oposición es la acción y efecto de oponer u oponerse, proponer una razón contra lo que otra persona dice, poner algo contra otra cosa para impedir su efecto, colocar algo enfrente de otra cosa, contradecir un designio.
Así de sencillo, no hay entrelíneas, ni letras chiquitas, ni otras explicaciones, se es opositor, o no se es.
Y esta reflexión me viene a la mente porque vi con asombro, y confieso, profunda decepción, a propósito de las recientes fechas, como una cámara municipal dirigida por un “opositor”, publicó en sus redes sociales, una invitación que luego se ocuparon de eliminar, a través de la cual invitaban a sesionar y conmemorar el 13 de abril, fecha con un significado y una carga netamente chavista, pues son ellos los únicos capaces de celebrar la muerte del pueblo venezolano.
Tanto nadar para llegar a la misma orilla, qué tristeza carajo. ¿Acaso ganar una elección recurriendo a un discurso opositor y luego con tus actuaciones demostrar que le sigues el juego al chavismo, eso no es ser desleal con tus principios y los principios del pueblo opositor y hasta de tu partido?
Y es que, lamentablemente eso lo estamos viendo, no solo en esa cámara municipal, lo vimos, y lo hemos percibido también de otros personeros que empiezan a justificar la posibilidad de apoyar y darle más dinero a Maduro para que pueda resolver el problema de la crisis eléctrica, como si no fueran suficientes los ingentes recursos multimillonarios en dólares que han sustraído en obras fantasmas que se han robado.
Es decir, “opositores” que se prestan a la narrativa del régimen que argumenta que, el problema es culpa es de las sanciones, en otras palabras, el otro chavismo.
Pero no, el caos eléctrico en Venezuela es consecuencia directa de la corrupción que el régimen y su entorno ejercieron por años para beneficiarse de millones de dólares que no fueron a parar en plantas, ni estaciones eléctricas, ni turbinas, ni insumos, si no que terminaron en sus millonarias cuentas en el extranjero, que gracias a Dios fueron congeladas.
Hablamos por ejemplo de obras prometidas, presupuestadas pero no ejecutadas, que de acuerdo con investigación de @Watcher_Ven debían estar listas antes de 2013, y en las cuales se fueron, nada más y nada menos que 52.000 millones de dólares. Y esto ocurrió cuando aún no existían, ni los bloqueos de cuentas, ni las sanciones a los corruptos.
Cronológica y financieramente hablando, en 2008 el mismísimo Chávez anunció la construcción del Complejo Industrial Gran Mariscal de Ayacucho (CIGMA) para la producción de gas en Güiria, en el estado Sucre, una obra que según estaría lista en 2012, esta no se terminó, y por allí se perdieron 19.649 millones de dólares.
Luego llegó el 2012, y vino otra promesa del régimen, o lo que es lo mismo, otra mentira más, la construcción de la Represa Tocoma, en el estado Bolívar, para generar 2.160 Mw. El anuncio de Chávez prometía que debía estar lista para ese mismo año. Y sucedió lo mismo que la anterior, no se culminó, y se dilapidaron 9.365 millones de dólares.
Y así en 2007, se prometió la construcción de la Refinería de Cabruta, en Guárico y pasó lo mismo, es decir, no se construyó, pero si se perdieron en la ruta, 6.000 millones de dólares.
Podría seguir citando, años y cifras, pero la conclusión sería la misma, este régimen dijo tantas mentiras, como millones de dólares robó y este suplicio eléctrico que se está viviendo y sufriendo en Venezuela es consecuencia directa de esa corrupción.
De allí que ver a “opositores” como invitados especiales en la celebración de la muerte de valientes venezolanos que cayeron luchando en defensa de la democracia, esa por la que tanto he luchado y que me mantiene en el exilio forzado o pidiendo el levantamiento de las sanciones, es sumamente triste.
Como venezolano me siento decepcionado. Unos saltarán, reaccionando a este escrito, que al hacer crítica a la “oposición” estamos haciéndole el juego al régimen, pero cuando las cosas se tienen que decir, hay que decirlas, cueste lo que cueste. Y si algo he aprendido de Voluntad Popular, es que debemos llamar a las cosas por su nombre.
No podemos seguir llamando oposición a unos convivientes, que por la ambición de poder y por su propia supervivencia política, echen por tierra años de lucha, de valientes protestas, que manchen la memoria de todos nuestros héroes que fueron asesinados por ese régimen al que hoy sonríen y le coquetean.