El inicio de esta semana estuvo marcado por una efeméride mundial, el Día de la Asistencia Humanitaria, una fecha para reflexionar sobre lo que hemos logrado, cuánto hemos avanzado y para dónde vamos, también un día para honrar a todos los héroes anónimos que han dedicado horas, días y meses de esfuerzos para que la Ayuda Humanitaria llegue a Venezuela y una vez en nuestro territorio, esta logre ser entregada a las manos de los más necesitados.
Por Lester Toledo
Si hay algo que ha caracterizado a los venezolanos -dentro y fuera de las fronteras- es la solidaridad, en cualquier rincón del mundo, si hay un venezolano, la solidaridad se hace presente. Cadenas de bondad se han unido para lograr nuestro objetivo primordial que es salvar vidas.
En esta dura etapa ha surgido una legión de héroes anónimos, dentro y fuera del país que, sin importarle poner su propia vida en riesgo se mantienen allí dando su mano amiga a los millones de venezolanos urgidos de asistencia humanitaria.
Venezuela atraviesa por una emergencia humanitaria compleja que ya llega a niveles de catástrofe y que ha sensibilizado millones de corazones en todo el mundo provocando una verdadera avalancha de amor y solidaridad. Por eso, como equipo de la Ayuda Humanitaria del Gobierno Interino del Presidente Juan Guaidó, queremos agradecer, desde lo más profundo de nuestro corazón, a las Organizaciones No Gubernamentales, a las fundaciones, fuera y dentro del país, a la comunidad internacional y, sobre todo, a nuestra diáspora, por ser protagonistas de este camino y demostrar que las buenas acciones siempre llegan.
Nosotros, desde la Coalición Ayuda y Libertad Venezuela, seguimos de pie, llenos de energía, manteniendo nuestro foco en salvar vidas, porque sabemos que pronto Venezuela será libre.
Y será libre por el esfuerzo y sacrificio de todos, dentro y fuera del país. Nos corresponde seguir, sin desmayar, cada quien cumpliendo su rol como ciudadano, y debemos seguir hasta que logremos juntos el fin superior, que es ponerle punto final a este cruel drama de una dictadura que asesina y tortura a seres inocentes, cuyo único pecado ha sido ser venezolanos que aspiran la libertad.
Nos sumamos al llamado de calle en Venezuela, porque como ya lo hemos dicho, nuestros derechos no se negocian, se exigen. Así que vamos a exigirle en la calle a este régimen cerrar para siempre este ciclo de terror que ya lleva 26 años.
No descansaremos en nuestra misión de salvar y proteger la vida de los venezolanos y esto lo haremos hasta que llegue la ayuda humanitaria más efectiva: el cese de la usurpación.