A menos de 10 días de la fecha impuesta por el régimen para montar su farsa continuista, estamos más firmes que nunca, la salida para este 20 de mayo es rebelarnos todos los venezolanos en contra del fraude que pretenden cometer.
Por primera vez, en estos 20 fatídicos años de involución, los venezolanos nos vamos a abstener activamente y darle propósito a la ausencia de votos en las urnas, con ello enviaremos un mensaje claro al dictador y al mundo de un no rotundo al fraude y un grito ensordecedor al dictador de “ilegítimo”.
Y decimos por primera vez, no porque neguemos la historia propia, sino porque las circunstancias actuales distan de las que llevaron al escenario abstencionista de las parlamentarias de 2005, empecemos por el órgano convocante y el llamado a elecciones como tal, de inicio la convocatoria al proceso del 20 de mayo resultó ilegal, por el hecho de que el convocante carece de toda legalidad, un acto con ilegalidad de origen resulta ilegal de plano. En segundo lugar, la anulación de los partidos de oposición, amén del grave aumento de dirigentes políticos inhabilitados, hacen que este proceso para nada sea libre. En tercer término el CNE del 2005, mantenía en apariencia el velo de la legalidad en cuanto a su estructura, el CNE de hoy, solo se mantiene allí con la misión de perpetuar en el poder al dictador, porque su periodo venció y su permanencia no fue avalada por la legal y constitucional Asamblea Nacional.
Podemos seguir enumerando diferencias y describiendo el escenario actual, que al hacerlo, sumamos razones para la abstención como recurso de protesta para rechazar a un régimen asesino y corrupto. No es el momento de dudas, sino de determinación, es cuestión de principios, en razón de ello ratificamos que no avalaremos ningún fraude, ni nos prestaremos a las triquiñuelas del bandido de Maduro.
Si en el 2005, con unas circunstancias económicas muy distantes a la que se sufren hoy, con más medicinas y comida en aquel entonces, con más dinero para ir al mercado, con menos presos políticos, con partidos políticos habilitados y circunstancias electorales menos gravosas, con un Chávez mejor ponderado que Maduro, con mucho menos controles, se logró una abstención del 70%; en este fraude convocado para el 20 de mayo, tendremos la oportunidad de ilegitimar al dictador con el máximo histórico de abstención que podamos haber logrado nunca en la historia de cualquier país dispuesto a recuperar su democracia.
Por eso planteamos esta rebelión como protesta de repulsa al fraude. Cuando la abstención es un rechazo, no estamos evadiendo nuestra responsabilidad como electores, por el contrario estamos ejerciendo nuestro derecho a protestar, rechazando la propuesta reeleccionista y engañosa del dictador.
Abstenerse, es una forma de protestar. Hablamos de una abstención crítica, activa, en repudio a un fraude, muestra además del hartazgo de los ciudadanos a un régimen corrupto, incapaz de satisfacer las necesidades básicas a su pueblo como alimentación y salud.
Sabemos que el camino que proponemos es duro y difícil, pero es el camino correcto. Tenemos que abstenernos para ponerle freno al sufrimiento, al hambre, la muerte, a las injusticias. La clave a partir de este momento es organizarse y resistir para defender nuestros derechos.
Para este 20 de mayo, los venezolanos tenemos a nuestro favor el respaldo total de nuestra Iglesia, de las universidades, de los empresarios, pero sobre todo de la comunidad internacional, que se ha unido en una sola voz para declarar y ejecutar acciones de desconocimiento a los resultados de ese fraude reeleccionista, todos se han unido para desconocer al dictador.
Sin libertad para elegir lo que queremos para nuestro país, lo que tenemos en frente es un fraude, y los demócratas no avalamos trampas. A todos los cómplices, a quienes se están prestando al juego perverso del dictador, le decimos que por dignidad, si es que les queda, por sus familias, retírense, están a tiempo, no sigan siendo los títeres de Maduro.
Desde el exilio forzoso en el cual nos encontramos, continuamos construyendo puentes de apoyo hacia Venezuela. Cuando impulsamos la rebelión del 20, lo hacemos con la responsabilidad de acompañar la lucha y no desmayar hasta lograr la salida de este régimen asesino, que en pos de su obsesión de perpetuidad ha llenado de luto y de dolor el corazón de las familias venezolanas.
El 20 es el momento, o nos rebelamos o sucumbimos para siempre.