Son 400 venezolanos que están tras las rejas por pensar distinto, 400 presos políticos, seres humanos a quienes con saña y odio se les ha negado la justicia y se les han violentado sus derechos, hablamos de 400 familias venezolanas que hoy sufren y temen por la vida de los suyos bajo la amenaza de COVID-19.
Ya es un hecho público la muerte de un detenido por coronavirus, además de saberse de las condiciones de insalubridad, hacinamiento y negación de derechos a quienes por razones políticas están tras las rejas en El Helicoide, el SEBIN, la DGCIM y Ramo Verde, entre otros lugares de reclusión.
Madres, padres, hermanos e hijos de todos estos venezolanos que hoy están presos entraron en pánico al conocerse de la muerte de Erick Echegaray, que aunque no era un preso político, purgaba condena en El Helicoide por el mismo caso de Walid Mackled, preso por narcotráfico.
Otro caso que elevó las alarmas es el del ex policía Metropolitano Erasmo Bolívar, quien tiene más de 17 años de injusta cárcel en Ramo Verde y hoy presenta síntomas de coronavirus, sin que hasta ahora se le haya dado la atención médica debida, negándose incluso su traslado a un hospital, a pesar de su delicado estado de salud.
Todos los familiares temen que pueda pasar lo peor a los suyos, como el reclamo de Reinaldo Marrero, hermano de Roberto Marrero, jefe de despacho de la presidencia interina, detenido desde hace 510 días en El Helicoide, quien exige información sobre la condición de salud de su familiar y la de todos los presos políticos.
O como el reclamo que mantienen los familiares y abogados de los diputados Gilber Caro y Renzo Prieto, ambos presos en las sedes de las Fuerzas de Acciones Especiales de la Policía Nacional. Caro ni siquiera se puede levantar porque lo han mantenido bajo una escalera, desprovisto de luz, agua y comida; mientras que a Prieto lo mantienen incomunicado, durmiendo en el piso y ni sus abogados lo han podido ver. Denuncian que ha estado sin agua y sin alimentos, lo cual ha deteriorado su salud debido a lesiones en su columna causadas durante su primer encarcelamiento.
Mismo reclamo y temor como el expresado del doctor Gruber Requesens, padre del diputado Juan Requesens, quien ya registra 735 días preso, y quien además en su condición de médico, pero sobre todo de padre de un preso político exigió “que se le practiquen los exámenes de sangre y para Covid-19 a nuestros presos políticos. No el test rápido. “El fidedigno “(PCR para coronavirus). Así mismo, mantenemos la solicitud desde inicio de esta pandemia; que sean enviados a casa como medida humanitaria”, señaló este valiente padre venezolano.
Este es el grito de los familiares de todos estos venezolanos sometidos injustamente a la cárcel, al odio y a la sed de venganza del régimen. Un régimen que los castiga por pensar distinto, que los tortura, los aísla, les niega alimento, salud y justicia.
Para todos ellos exigimos Libertad YA. Nos sumamos a la solicitud de todas estas familias que temen por la vida de los suyos y en atención a esta pandemia, pedimos que envíen a sus casas a estos venezolanos como medida humanitaria.
Ya se supo de la muerte de un preso en El Helicoide y del estado de gravedad de otro detenido de Ramo Verde. ¿Cuántos de nuestros presos políticos tienen que morir para que tomen la decisión de liberarlos?
El destino de todos estos venezolanos, lamentablemente está en manos del régimen, por humanidad y caridad reflexionen, atiendan el clamor de sus familias y denle su libertad.