Ir en contra de los activistas de Derechos Humanos en Venezuela es el colmo de la miseria del régimen venezolano.
Ahora el régimen enfiló todas sus baterías en contra de dos ciudadanos que cuentan con todo nuestro respeto, estima y admiración. Hablamos del coordinador general de la ONG Provea, Rafael Uzcátegui y el defensor de los DDHH, Marino Alvarado.
Dos activistas que se han encargado de llamar las cosas por su nombre, de evidenciar la hipocresía y falsedad del régimen de Nicolás Maduro en cuanto al robo y desviación de recursos que deberían haberse invertido en Ayuda Humanitaria y además por revelar su verdadero talante criminal y asesino.
Y por esta razón hoy, estos miserables pretenden criminalizarlos y judicializarlos, para callar sus voces, para intentar silenciar una verdad más grande que el mismo sol, la que señala a Nicolás Maduro como lo que es, un criminal que comanda una banda de ladrones y asesinos que conforman su régimen.
Claro que no podemos esperar otra cosa de regímenes que violan sistemáticamente los DDHH, su actuar natural es hostigar y silenciar a sus ciudadanos, y esto es evidencia de ello.
Calarse a Diosdado en su patético show de dictadorzuelo ya nos resulta vomitivo, pero verlo señalando a activistas de Derechos Humanos como criminales, resulta una cruel ironía. Además de un gran desatino y demostración de que este régimen puso fin a la institucionalidad y la autonomía de los poderes, se trata de un dirigente del partido del régimen ordenando judicializar a un ciudadano.
Es decir, el payaso del circo de Maduro, pidió en televisión que el defensor de Derechos Humanos y coordinador general de la ONG Provea, Rafael Uzcátegui, sea denunciado y llevado a los tribunales.
Pero no conformes con estas falsas acusaciones y acoso en contra de Uzcátegui, también la emprenden en contra de Alvarado, una de las pocas voces que se encargó de revelar el verdadero número de asesinatos cometidos recientemente en La Vega a manos de funcionarios de las Faes.
Fue Marino Alvarado quien calificó tal acción criminal como una masacre, la Masacre de la Vega, en la cual actuó el grupo armado más temido por su poder de fuego y por su despliegue de armas largas, con capuchas e incluso máscaras con el símbolo de la calavera.
Hablamos de una verdad inocultable, evidenciada por la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos sobre Venezuela de las Naciones Unidas, por el Consejo de DDHH, por la OEA, la CIDH y HRW, entre otras organizaciones de defensa de derechos humanos.
Una verdad revelada por Provea, y que demuestra que esta persecución no es fortuita, cifras que señalan que de 2010 a agosto de 2020 más de 27.000 personas han sido asesinadas por organismos policiales y militares, siendo ejecutadas más de un tercio de estas muertes a manos de policías y militares.
En la mención de estos dos, de muchos otros casos de injusta persecución y de la miseria humana del régimen, no podemos dejar pasar las acciones en contra de Azul Positivo, una organización sin fines de lucro, asociada a la ONU, con 16 años que realiza acciones de salud preventiva del VIH, violencia de género y asistencia humanitaria a las poblaciones de estudiantes, jóvenes, LGBTI, en situación de pobreza, campesinos y población general del Zulia. Y que inexplicablemente hoy cinco de sus miembros permanecen detenidos luego de una operación ejecutada por Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) en Maracaibo.
Con estas acciones el régimen marca su rumbo y su propósito para este 2021, que no será otro que arremeter, reprimir y silenciar todas las voces que le resulten incómodas. Ya lo logró actuando en contra de los dirigentes políticos de oposición, a quienes encarceló y a otros los forzó al exilio, también aniquilando a los partidos políticos, a quienes secuestró sus tarjetas e impuso una acomodaticia dirigencia, lo hizo actuando y persiguiendo a periodistas y cerrando a medios de comunicación y lo está llevando a cabo, en esta oportunidad, en contra de las organizaciones no gubernamentales, haciendo énfasis en aquellas que en defensa de los Derechos Humanos de los venezolanos, han denunciado el carácter criminal del régimen.
Por ello aplaudo la gallarda y valiente acción de Provea y de cada una de estas organizaciones que no se amilanan a pesar de todos estos injustos y absurdos ataques.
La verdad, que la dictadura no puede tapar, es que estamos frente a un régimen de miserables, de criminales, ladrones y narcotraficantes, que hoy intenta acallar una voz, pero que con sus ataques está despertando millones de voces dispuestas a seguir denunciando y revelando al mundo lo que en nuestro país está ocurriendo.
Nuestra solidaridad a todos los venezolanos que se levantan cada mañana para hacer el bien y defender los derechos de sus hermanos.