Estrategia o no, muchos se preguntan qué pasó en realidad con alias Luciano Marín Arango, mejor conocido por su alias Iván Márquez, el excomandante de las FARC que traicionó el Proceso de Paz en Colombia, ¿está vivo o muerto?, y si sobrevivió al presunto ataque, ¿dónde está?
Ahora bien, la gran verdad detrás de este oscuro personaje, y que nadie, ni siquiera en Miraflores han sido capaces de desmentir, es que existen estrechos lazos y grandes negocios entre el presunto difunto y Nicolás Maduro Moros.
Lo que se sabe hasta ahora es que el pasado sábado se dio la noticia de un presunto ataque con armas largas y explosivos en contra del campamento de “Márquez”, información que el Estado colombiano estuvo intentando verificar por distintas vías. En medio de la confusión surgió incluso la versión de la muerte del ex FARC, noticia que esta semana fue desmentida por el diario EL TIEMPO de Colombia, que apelando a altas fuentes de la inteligencia de ese país, daban cuenta de que el excomandante del grupo irregular colombiano había sido trasladado a una unidad de cuidados intensivos de un centro hospitalario de Caracas.
Lo que no se ha podido rebatir es que este hecho, así como la muerte de Miguel Botache Santilla, alias Gentil Duarte, cabecilla principal del GAO-r E-7 o Bloque Jorge Briceño Suárez, y las de Jesús Santrich, El Paisa y Romaña, tres miembros de la primera línea de mando de la ‘Segunda Marquetalia’, todas estas muertes, sin excepción, se registraron curiosamente en territorio venezolano, y todas, han quedado bajo el más absoluto silencio del régimen.
Pero metamos la lupa en el expediente de alias Iván Márquez: Fue comandante del bloque suroccidental de las FARC. Por su fuerza militar y posición política fue reconocido como miembro del secretariado de ese grupo guerrillero.
De acuerdo con informes del Departamento de Estado de Estados Unidos, el ex guerrillero dirigía la estrategia de drogas del grupo ilegal y, en su momento, ofreció una recompensa de 5 millones de dólares por su captura.
Márquez formó parte de la mesa de negociación en La Habana, Cuba, durante los cuatro años que duró el proceso de diálogo entre el gobierno de Colombia y las FARC. Sin embargo rompió su compromiso al enterarse de la captura de alias “Jesús Santrich” por delitos de narcotráfico investigados por el gobierno de Estados Unidos y en los que también estaba involucrado su sobrino.
A partir de ese momento decidió oficialmente retomar las armas y trasladarse al espacio territorial de Miravalle, donde también se encontraba alias ‘el Paisa’. Allí ambos decidieron unirse a las disidencias de las FARC.
Luego en agosto de 2019, Iván Márquez, Jesús Santrich, ‘el Paisa’ y ‘Romaña’ anunciaron la creación de la ‘Segunda Marquetalia’ para, según ellos, continuar con la “lucha guerrillera en respuesta a la traición del Estado al acuerdo de paz de La Habana”. Y sin sorpresa para muchos, todos huyeron hacia Venezuela.
Sobre la vinculación cercana y cómplice entre estos guerrilleros y narcotraficantes, con el régimen venezolano hay serios señalamientos y fundamentos.
Apenas se dio a conocer la muerte de Duarte, por ejemplo, la Revista Semana de Colombia reveló el contenido de documentos hallados en su computador personal, archivos que dejaron evidencias del rol de las disidencias de las FARC, que no es otro que el de un ejército irregular al servicio de Maduro.
En tales documentos destaca, en lo político, que su propósito es desplegar una “campaña de reconocimiento y recuperar el prestigio y buen nombre de la organización”. En materia militar, revelan la existencia de “operaciones conjuntas de carácter estratégico” con Venezuela. Y en lo financiero, señalan que es “fundamental fortalecer y priorizar el trabajo de Venezuela ya que se logra un enlace directo con sectores de confianza con el actual presidente”. Y ¿quién es el actual presidente?, por supuesto que Nicolás Maduro.
En los citados documentos se constata la existencia de compromisos como: “establecer los mecanismos de comunicación directa y eficaz entre el gobierno bolivariano y el estado mayor de las FARC-EP con delegados directos de las partes y que permitan de manera ágil y eficaz tramitar, solucionar y gestionar cualquier asunto entre las mismas”.
Entre las peticiones esta: “Se nos permita la permanencia y tránsito por el territorio de frontera de los distintos estados Zulia, Táchira, Páez, Apure, Bolívar, Amazonas, cumpliendo con los protocolos, rutas y mecanismos que se acuerden entre las partes preservando los principios de clandestinidad y de seguridad nacional para el desarrollo conjunto de operaciones”.
Hay también evidencia de la solicitud de fusiles, ametralladoras, sistemas antitanques, sistemas de visión nocturna, sistemas antiaéreos tierra-aire portátiles o de infantería.
En otra comunicación encontrada en el computador de Gentil Duarte, del 28 de octubre de 2020, da cuenta de una conversación entre él y su jefe, alias Iván Mordisco. En el correo de Mordisco a Duarte sugiere que el régimen de Maduro les planteaba “un negocio tripartito” en el que les dejaría dos minas de oro a las disidencias de las Farc, así como “explotar petróleo”.
Cita textual del correo: “Que el país que nos piensa colaborar coloca los barcos y que nosotros 3 millones de dólares, según el camarada y sus estudios que a partir de estar en funcionamiento nos dejaría un millón de dólares mensuales, caso que yo creo que es de mucho estudio para no ir a fallar. El camarada sugiere que elaboremos la carta para el país que nos quiere colaborar a nombre de la dirección nacional; yo sugiero que esa carta la elabore usted camarada ¿qué opina?”.
De allí que la gran verdad y el verdadero asunto no es ni siquiera saber si Márquez está vivo o muerto, si está grave o no, sino que todo esto lo que corrobora es lo que ya hemos denunciado en forma reiterada: Nicolas Maduro está hasta el cuello en sus vínculos y negocios con las disidencias de las FARC, y su silencio cómplice así lo deja ver.