Tres nuevos billetes lanzó el Banco Central del Usurpador para según él alivianar la economía, la verdad tras ello es que son tres nuevos billetes que se van por el caño de la hiperinflación que está consumiendo a Venezuela.
Nuestro país, por culpa de este régimen inescrupuloso, corrupto e incapaz, atraviesa por un proceso voraz hiperinflacionario sin precedentes, que según la Comisión de Finanzas de la AN la inflación acumulada en 2019 se ubica en 905,6%, por lo que una medida como la ampliación del cono monetario en estos momentos representa una cruel burla.
Lo hemos dicho, y estas medidas nos dan la razón, la solución no es sacar nuevos billetes, la solución es lograr el cese definitivo de la usurpación para poder aplicar un verdadero plan económico que regrese las condiciones a nuestro país.
Veamos el historial del ahora billete de mayor denominación, el de Bs. 50.000, sumando los ocho ceros que quitaron los regímenes de Hugo Chávez y Nicolás Maduro a la moneda nacional, el nuevo billete de Bs. 50.000 equivaldría a Bs. 5.000.000.000.000 de los de antes de la reconversión monetaria de 2008, que ya no resulta ni tan fuerte ni tan soberano.
Se trata de la primera actualización del cono monetario de los bolívares “soberanos” desde la reconversión monetaria en agosto de 2018. Para ese momento, el billete de Bs. 500 equivalía a $8,3. Mismo billete que hoy no alcanza ni para unos centavos de dólar.
Pero vamos más allá, vamos a la calle donde el venezolano se debate todos los días con el dilema de comer si acaso una vez al día, o sacrificarse él para darle su porción a sus hijos. La calle nos habla de una Venezuela dolarizada, sin efectivo circulante, donde hasta la gasolina de contrabando se pagan en dólares, donde no hay puntos de venta para efectuar las compras, ya sea que no funcionan por falta de conectividad o porque no hay electricidad.
Hasta hace poco, justo antes de estas crueles reconversiones, pensar en un ciudadano con Bs. 5.000.000.000.000 en sus cuentas, era considerado un multimillonario, cuidado y si no enchufado, hoy con esa cifra reducida a un solo billete, no solo mermado en “ceros” sino también en valor, un venezolano apenas podría comprar un cartón de huevos, un paquete de medio kilo de pasta, y si acaso un cuarto de kilo de queso. Ese mismo venezolano obtendría uno solo, o tal vez dos billetes de esos al mes, tomando en cuenta que el salario mínimo en nuestro país es de Bs. 40.000 más el bono de alimentación de Bs. 25.000.
La calle nos habla de una Venezuela en total caos y anarquía, de unos venezolanos hartos de vivir en incertidumbre y miseria, quienes ya no quieren seguir escuchando de bolívares fuertes, o bolívares soberanos, ni mucho oír de los fulanos Petros, los venezolanos, en su inmensa mayoría reclamamos el cese de la usurpación, un gobierno de transición y elecciones libres.
No hay más salida que valga a esta crisis que ya alcanza niveles catastróficos en la cual nos ha imbuido el régimen del nefasto Nicolás Maduro.
Mientras no cese la usurpación en Venezuela, el régimen seguirá planteando reconversiones, continuará en su afán de quitar ceros y generando nuevos billetes que bautizará con nombres rimbombantes y efectistas, pero en la calle, fuera de las pantallas de los medios del régimen y de la retórica de Maduro, los venezolanos se seguirán hundiendo aún más en la miseria, dando paso a la irremediable catástrofe humanitaria.
Ya lo hemos dicho, y no nos cansaremos de gritarlo y luchar por ello, la crisis en Venezuela no se solventa con nuevos billetes, nuestro país se salva con el cese de la usurpación, esa es la única medida fuerte y soberana para emprender el camino hacia la recuperación de nuestra tan golpeada nación.