“Con los perniles nos sabotearon, con la gasolina nos sabotearon, con los apagones nos sabotearon”, con todas esas excusas Nicolás Maduro Moros cerró el 2017, un año de mentiras cobardes, y según este personaje, nada de lo que ocurrió en nuestro país encontró como responsables a los actores principales del régimen.
Podemos enumerar caso a caso de situaciones que evidencian a un régimen fracasado que con toda intención hundió al país en la más oscura crisis de su historia y con lo que siempre nos vamos a tropezar es con la evasión de culpas.
Ante la inflación descomunal desatada por las pésimas políticas del régimen, un modelo económico fracasado y una corrupción gubernamental sin precedentes, el argumento presentado por Nicolás Maduro fue la Guerra Económica, una guerra a la que supuestamente él mismo se puso al frente de la lucha para derrotarla, y a la que le dedicaron hasta una habilitante, y cuál fue el resultado: Miseria, hambre, desnutrición, cierre de empresas, estatización, contrabando y más corrupción. Pero los culpables, según Nicolás, fueron los oligarcas de la derecha.
Otro de los saboteadores del régimen, así excusa Nicolás a sus fracasos, es la hermana República de Colombia, a quien señaló de no imponer ningún tipo de control ante la sustracción del papel moneda nacional, llegando al punto de crear un nuevo cono monetario y excluir a los estados fronterizos de la distribución de estas nuevas especies. El resultado: Funcionarios de gobierno y efectivos militares venezolanos involucrados en la extracción de los billetes para su comercialización en la franja colombiana que primero llegaron a Maicao y a Cúcuta que al Zulia y al Táchira. Pero el régimen le sacó la espalda a su responsabilidad en el caso.
Los contrabandistas de gasolina y el bloqueo económico propiciado por la “derecha apátrida” y ejecutada por el imperio, son también saboteadores del régimen, según lo ha dicho hasta el cansancio Nicolás, porque fueron estos los que supuestamente incidieron las fallas en el suministro de la gasolina. Ante las extenuantes colas en las estaciones de servicio, el cierre de estaciones y la irregular distribución del carburante, ni PDVSA es responsable, ni la corrupción, ni mucho menos el ministro de Petróleo, ninguno de estos resultó culpable, los culpables fueron los saboteadores externos: Estados Unidos y la oposición traidora.
Otra especie de saboteadores surgió, según cuenta Nicolás, con los apagones. Ahora resulta que por cada apagón que, con mayor frecuencia y extensión territorial, se están presentando en nuestro país, la culpa es siempre de algún saboteador, bien sea que quemó una estación o planta, o que robó algún cableado, lo cierto es que es una máxima que en todos los cuentos que se inventan por falla, nunca aparece un funcionario ni un ministro señalado de corrupto o incapaz, ni tampoco surge la tesis de la falta de mantenimiento, del dinero que se han robado, de obras eléctricas prometidas no cumplidas, de proyectos sobrefacturados. Los que siempre aparecen son los saboteadores roba cables que nadie les ve el rostro o incendios provocados por la “derecha apátrida” y quienes terminan pagando por este daño son los ciudadanos a quienes los someten a inclementes cortes de electricidad.
La más reciente excusa apareció con los perniles para las bolsas CLAP de Navidad, Nicolás prometió al pueblo sus perniles, pero resulta que nunca llegaron, ni los perniles ni las bolsas. Y el saboteador de turno fue, nada más y nada menos que Portugal, porque según sabotearon los embarques e impidieron que los perniles llegaran al pueblo. Jamás reconoció Nicolás que en su régimen acabaron con la producción nacional de porcinos y que esa, entre muchas otras, es la razón de que en los hogares venezolanos no encontraron pernil ni para las hallacas.
Excusas tras excusas pero la verdad es clara como el agua, el único culpable de esta crisis que devora y aniquila al pueblo venezolano es Nicolás Mentira Fresca Moros. Ningún otro, acá no hay tal guerra económica, lo que hay es un país sufriendo como si estuviera en un estado de guerra. No hay bloqueo económico lo que hay son claras restricciones a funcionarios corruptos y a violadores de los derechos humanos de los venezolanos. No hay retención ni retraso en embarques de productos, lo que hay es una cadena de corrupción que incumple pagos y nadie fleta barcos a mala pagas ni corruptos.
Así que vayan apagando su fábrica excusas, el pueblo no se cala una mentira más. Ese pueblo al que le prometieron un pernil o una bolsa de comida, al que castigaron con extenuantes colas para echar gasolina, o para sacar efectivo, para tomar su transporte, o para comprar alimentos o medicinas, ese pueblo tarde o temprano se va a cansar y va a reaccionar. Un humilde consejo: No jueguen ni con la paciencia, ni el estómago, ni la inteligencia de nuestro pueblo y cierren de una buena vez su fábrica de excusas y mentiras, que ya nadie les cree.