El caso del periodista y amigo Roland Carreño es un verdadero ejemplo de todas las atrocidades que el régimen de Nicolás Maduro es capaz de cometer y de las malas prácticas que se evidencian en Venezuela en su sistema de justicia.
Todo aquello que no debe hacer un juez, un fiscal, un alguacil y los cuerpos de seguridad de una nación, todo ello, se resume en este inaudito caso. Roland ya cumple dos años tras las rejas y a estas alturas pretenden reiniciar su juicio desde “cero” y aún sin fecha definida, mientras al periodista, lo mantienen preso y en un limbo jurídico, no por falta de defensa, sino por falta de justicia.
Hagamos memoria, el 26 de octubre de 2020 Roland fue detenido de manera arbitraria en las inmediaciones de su vivienda y presentado ante el Tribunal Estadal Cuarto de Primera Instancia en Funciones de Control con Jurisdicción Nacional y competencia en casos vinculados con delitos asociados al terrorismo el 29 de octubre de 2020.
Aquel día, y luego de ser sometido a desaparición forzosa por 48 horas, se le acusó de los delitos de conspiración, tráfico ilícito de armas de guerra, legitimación de capitales y asociación para delinquir. Vale acotar que este proceso penal inició dos días después de que Leopoldo López lograra salir del país, un hecho nada fortuito y que convierte a Roland en un preso por retaliación y venganza del régimen.
Desde su detención hasta el momento, Roland ha sido víctima de violaciones a las garantías del debido proceso al ser sometido en dos oportunidades a la desaparición forzosa, a la manipulación de todas las pruebas y testigos y por el intencional retardo procesal.
Tardaron 19 meses para dar inicio al juicio, acto que dilataron una semana más para arrancar finalmente el 9 de mayo de 2022.
El Instituto Prensa y Sociedad, así como todas las instancias vinculadas a la defensa de los derechos de los periodistas venezolanos, han hecho un seguimiento exhaustivo a este proceso, y de ese seguimiento surgen cifras y registros que dejan en pañales a cualquier dictadura del continente.
Señala IPYS de las 21 sesiones del juicio oral del periodista Roland Carreño registradas hasta el 10 de octubre de 2022, ocho de ellas han sido diferida sin previo aviso por varias razones. En tres oportunidades por inactividad en el despacho; dos veces por falta de traslado desde el lugar de detención en la sede del SEBIN en el Helicoide hasta el tribunal; por incomparecencia de los órganos de prueba, situación que se ha registrado en dos oportunidades y por inasistencia del juez.
Lo más reciente, y no menos grave denunciado por sus abogados es que el juicio ahora deberá comenzar de cero en una fecha aún por definir, luego de cinco meses de audiencias, ya que el proceso se vio interrumpido por una baja médica del juez de la causa.
Tal como lo señaló el abogado Joel García, miembro de la defensa del periodista, que si bien las audiencias orales y públicas habían iniciado, el juicio fue interrumpido por el juez de la causa quien pidió una baja médica, según sus palabras, “el juicio se propone nuevamente desde cero, es decir, lo que hicimos durante estos cinco meses ya no existe».
Es decir, así será el tamaño de la venganza del régimen que pretenden borrar dos años de cárcel injusta, de vejaciones y maltratos y cinco meses de trabajo de la defensa, así sin justificación y como si nada.
Sin duda que Roland Carreño es el reflejo de la judicialización que desde el Estado se comete en contra de los periodistas y activistas.
Roland es inocente, basta de tanta saña, entienda de una buena vez que no lo convertirán en ficha de canje, ni de presión. Ni él, ni su partido lo aceptarán.
Hoy he querido levantar la voz por la libertad y por los derechos de Roland, pero también por todos los presos políticos de este régimen criminal y violador de los derechos humanos. ¡Libertad ya para Roland y para todos los presos de conciencia de Venezuela!