Soberana miseria es lo que generará el Bolívar Soberano de Maduro, un Bolívar devaluado, pisoteado, vejado, golpeado y desnudado al que han dejado sin ceros, sin credibilidad, sin respaldo y sin confianza.
A lo único que Maduro ancló Venezuela fue a la miseria, cinco ceros menos a la moneda en medio de una hiperinflación acumulada que alcanzará pronto seis cifras, con una caída del Producto Interno Bruto de 18%, con una estimación de irremediable declive de la explotación de 1 millón y 1,2 millones de barriles/día al cierre de 2018, en medio de un país azotado por una crisis humanitaria de tal magnitud y gravedad, que el Fondo Monetario Internacional la comparó con las crisis económicas de Alemania en 1923 y la de Zimbabue de finales del 2000.
La miseria pareciera ser el único escenario para los ciudadanos, y mientras estos sufren al ver a sus hijos irse a la cama sin poder comer, o al ver deteriorarse cada vez más al no tener recursos para comprar sus medicinas, o al no poder enviarlos a la escuela por no tener para darle desayuno; Maduro y su secuaces, cada vez más gordos de ambición, derrochan sus riquezas mal habidas con dinero que podía haber significado la vida de miles de niños venezolano que han sucumbido a la desnutrición.
Plantean anclar el nuevo cono monetario a un Petro nada confiable, sancionado por el mercado internacional, que a su vez se respalda en un petróleo intangible, no producido. Estamos al frente de una nueva estafa de orden mundial que pretende vender Mauro, como la panacea de todos los planes económicos.
Es que si de verdad quisieran rescatar la economía, empezaran por devolver a los venezolanos los miles de millones de dólares que se han robado en negocios turbios y millonarias comisiones provenientes de CADIVI, PDVSA, PDVAL, Odebrecht, Derwik, por lavado de dinero en Andorra, Panamá y el caso más reciente de Florida.
Son los amigotes de Maduro y la misma familia de la familia presidencial, que se han dado la gran vida, mientras todo un pueblo que sufre, y es precisamente por ello que les conviene se perpetúe y hasta se agrave la crisis en el país, mientras mayor es la necesidad, crece la dependencia en los ciudadanos, y crecen las oportunidades de negocios para los enchufados.
De querer arreglar las cosas, desmontarían todos los controles, iniciando por el cambiario, reprivatizarían todas las empresas que han saqueado, darían prioridad a la producción nacional antes de continuar con su política de importación, devolverían a PDVSA su principal rol petrolero y sobre todo no golpearían la tan mermada moneda nacional.
Pero lamentablemente nos enfrentamos a un régimen de corruptos y truhanes, con quienes no se puede llegar a términos de negociación. Por tanto la única opción es propiciar su salida, poner fin a esta dictadura y frenar a toda costa el curso del país para no enfrentarnos a una soberana miseria.
Qué difícil es pedir que mantengan la esperanza ante un panorama tan oscuro. Esta es una lucha que nos ha costado mucho, venezolanos que han perdido su vida, su libertad y su Patria, todo por enfrentar al régimen, pero llegó la hora de reagruparse.
Llegó el momento de sumar toda esa frustración y convertirla en acción, que derive en el fin de esta dictadura corrupta y asesina, de la cual saldremos solo si nos reunificamos. La situación se agrava, y cada día de este régimen en el poder, significa una sentencia de muerte o el exilio para miles de venezolanos.