Una verdadera tragedia ecológica está ocurriendo en el estado Zulia desde hace más de una semana por un derrame de crudo en el Lago de Maracaibo, y nadie del régimen, dice, ni hace absolutamente nada.
Nuestro Lago de Maracaibo agoniza frente a todos nosotros y no vemos, ni siquiera el intento por salvarlo. Desde el pasado 14 de junio habitantes de Santa Cruz de Mara denunciaron la presencia de extensas manchas de petróleo a lo largo de su costa, y transcurrida una semana de indolencia e inacción, estas manchas ya abarcan más de 30 kilómetros entre Maracaibo y Mara.
Y lo peor es que aún, ni PDVSA, ni los ministerios para el Ecosocialismo, ni del Petróleo se han pronunciado, ni han ejecutado operativo o plan alguno de limpieza, contención o reparación de la fuga.
Nadie da la cara a los pescadores, ni a los habitantes de esas costas, han sido ellos mismos, quienes con sus pocos recursos se han organizado en cuadrillas para limpiar algunas playas y sus equipos de pesca, pero es tal el desastre ecológico derivado de este derrame, que lo que en realidad se requiere y urge es un plan de contención y reparación de daños, son maquinarias y mano de obra especializada para lograr remediar la situación.
Pescadores de Mara señalan que se trata del derrame más grande registrado en el municipio en los últimos 60 años. Y fueron ellos quienes se alertaron sobre esta fuga de crudo, que según denuncian se origina en Puerto Miranda, y debido a las lluvias de los últimos días, ha avanzado, sin que nada ni nadie lo detenga, hacia las costas de los municipios Mara y Maracaibo, dejando a su paso una estela de muerte y de miseria.
Una tragedia que no solo afecta al ecosistema, sino que impacta de forma grave la vida de sus habitantes. Los miles de familias que se dedican a la actividad pesquera, camaronera y de recolección, quedan de manos atadas, con sus estómagos y bolsillos vacíos, ante la indolencia y el abandono de PDVSA y de quienes tienen en sus manos la solución a tamaña crisis.
Hablamos de una extensión de 13.000 kms2 del Lago de Maracaibo, el reservorio de agua dulce más grande de América Latina, que alberga en sus territorios contiguos unos de 3 millones de habitantes y que hoy sufre un daño ambiental enorme.
De acuerdo con el Balance de la Gestión Social y Ambiental de Petróleos de Venezuela (PDVSA) de 2013, de 9.412 derrames de hidrocarburos ocurridos en Venezuela en algún cuerpo de agua en ese período, el 99,47 % (9.362) fueron en la División de Producción Occidente, es decir, en nuestro Lago. Esto, según ese informe, significaba un promedio de más de 25 derrames de por lo menos un barril por día. Sin embargo, gremios, sindicatos y organizaciones de derechos humanos han señalado que son en verdad unos 300 y hasta 1000 barriles de crudo diario que se derraman en las aguas del lago y en sus orillas. Una realidad que todos sabemos se ha agudizado, y este nuevo derrame que se extiende desde Maracaibo a Mara es evidencia de ello.
Y se ha agravado a tal punto que la NASA en un informe de 2021 afirmó que evidenciaron por imágenes satelitales entre 40.000 y 50.000 fugas de petróleo y derrames entre 2010 y 2016 a lo largo de Venezuela, incluyendo el Lago de Maracaibo.
Este es sin duda otro logro del régimen de Nicolás Maduro, haber convertido al Lago de Maracaibo, nuestro lago, con toda su riqueza histórica, antropológica y ambiental en una enorme cloaca petrolera.
De esto pueden dar fe nuestros pescadores que son, en primera instancia, los testigos de excepción y los más afectados.
Pero recordemos algo sumamente importante, y es que los delitos en contra del ambiente, así como los de Lesa Humanidad, no prescriben. Claro, sabemos que poco o nada les ha importado el Lago de Maracaibo, pero tarde o temprano, Maduro y quienes han dirigido PDVSA y los ministerios responsables de estos hechos tendrán que pagar estas lágrimas de sangre, petróleo y muerte que hoy llora nuestro estuario.