A punta de huevos los ciudadanos de San Félix en el estado Bolívar sacaron de sus tierras a Nicolás Maduro, se trata del segundo episodio bochornoso que el dictador sufre en medio de un país que reclama cambio, que está harto de la situación, que se resiste a morir de mengua, y que halló en los huevos y en la basura lanzada, una solución, un desahogo a sus justos reclamos.
Él quiso darse un baño de pueblo y lo que recibió fue un balde de agua fría que lo confrontó con la realidad, una verdad que le grita que la gran mayoría de los ciudadanos ni lo quiere ni lo respeta, un pueblo saturado de hartazgo ante un régimen que se empeña en negar la crisis, de impotencia ante lo que estamos viviendo, de incertidumbre por lo que pueda o no pueda pasar, de rabia por no conseguir ni comida ni medicinas, ese que llevo a un grupo de venezolanos a romper el anillo de seguridad y emprenderla en contra del sujeto.
Una recomendación al mandatario abochornado, que de persistir en su empeño de monopolizar los poderes, de continuar masacrando al pueblo y violar sistemáticamente sus derechos humanos, irremediablemente, en cada participación pública correrá el riesgo de recibir este tipo de “baño de pueblo”.
Esos huevos y esa basura representan el desprecio hacia el dictador, es una manera de decirle a Maduro que por sus actuaciones ha quedado deslegitimado.
Nosotros, le proponemos una salida menos bochornosa que los huevos, le proponemos la salida del voto, que acepte que el pueblo no lo quiere y que liberen, de una buena vez, el derecho de todos los venezolanos a elegir por su futuro.
Las manifestaciones de calle se mantendrán al igual que la agenda internacional de denuncia, muy a pesar de los intentos fracasados del régimen de distraernos de nuestro foco, que es: Elecciones generales para este año, destitución de los magistrados que incurrieron en delito, rescate de la autonomía de los poderes, libertad de todos los presos políticos, cese a la persecución de la disidencia y apertura del canal humanitario.
Nadie dijo que lograr este cometido sería fácil ni rápido, es una lucha de persistencia y foco, basados en la resistencia no violenta.
San Félix habló, como en su momento habló el pueblo neoespartano de Santa Rosa, y de no satisfacer las demandas de los venezolanos, nuestro territorio se llenará de muchos San Félix y Santa Rosa, espantando con huevos, mangos y lo que se encuentren en la mano a un patético dictador.
Nosotros ya lo hemos dicho, no queremos golpes, queremos elecciones, como la única alterativa viable para aplacar a este gigante que ha despertado en el pueblo venezolano, que se llama cambio.
Así que Nicolás te toca decidir, huevos o votos.