Finalmente ya podemos respirar aires de extradición. El fallo del Tribunal Constitucional de Cabo Verde, significa ya casi una certeza de que pronto, muy pronto, Alex Naín Saab Morán, el privilegiado de Nicolás Maduro, será extraditado a Estados Unidos, para ser enjuiciado por los delitos de lavado de dinero y de servir de testaferro de Maduro, en una amplia red de narcotráfico, lavado de dólares y adjudicación fraudulenta de millonarios contratos oficiales.
Se trata del posible fin a una historia que se inició el 12 de junio de 2020, cuando a petición de Estados Unidos fue detenido en el archipiélago de África occidental.
Todo un personaje que resultó ser el gran protegido de Maduro, al día de hoy resulta casi imposible estimar su costosísima defensa, costeada por el régimen, muy a pesar de las grandes necesidades y emergencia humanitaria que atraviesa Venezuela.
Recordemos que este empresario colombiano, a quien quisieron librar de sus delitos confiriéndole un fuero diplomático y nacionalidad venezolana, nació en Barranquilla desde donde comenzó su carrera delictiva cómplice con el régimen de Maduro con la empresa Group Grand Limited (GGL) que es acusada de suministrar con sobreprecio, alimentos y víveres para los CLAP.
Con ese negoción, Saab y tres hijastros de Maduro, se lucraron con cientos de millones de dólares.
A un mes de su detención, el Departamento de Justicia de EE.UU. presentó nuevos cargos contra Saab y su mano derecha, Álvaro Enrique Pulido, a quienes vinculó con el lavado de hasta 350 millones de dólares que supuestamente defraudaron a través del sistema de control cambiario en Venezuela.
En sus investigaciones indican que entre noviembre de 2011 y septiembre de 2015, Saab y Pulido se confabularon con otros individuos para lavar sus ganancias ilícitas y transferirlas desde Venezuela hasta cuentas bancarias en EE.UU., razón por la que Washington tiene jurisdicción en el caso.
Por estos delitos, Saab y Pulido tienen una causa abierta por conspiración para lavar dinero desde 2019 en los tribunales federales del distrito sur de Florida, y el juez Robert N. Scola Jr. los declaró prófugos de la justicia el 26 de agosto del año pasado.
Aún no hay precisión de la fecha para su extradición, pero lo que sí podemos decir es que a Maduro se le acabaron los recursos legales. La justicia llegará y su impunidad tendrá fin.
Más temprano que tarde veremos tras las rejas a quien por años se ha enriquecido con el hambre de los venezolanos y le llenó los bolsillos a su socio del delito, Nicolás Maduro.
La otra gran verdad es que, con la decisión judicial de esta semana que hace la extradición de Saab un hecho inminente, el pánico se desató en Miraflores por toda la podredumbre del régimen que podría quedar al descubierto.
Saab llegó a tal nivel de confianza de Nicolás Maduro que se convirtió en la bisagra de los negocios del régimen con otros países aliados, información que temen sea revelada. Porque su testimonio, estamos seguros, le pondrá fin a la impunidad que hasta ahora ha gozado su cómplice, Nicolás Maduro.
Ya no hay vuelta atrás, la operación Jaque al Rey fue activada, porque cayendo este Alfil, no podrán evitar que caiga el Rey.