Una cita entre dos carniceros, así fue el aborrecible e inmoral encuentro entre el excéntrico chef y carnicero de oficio, Nusret Gökçe, y el carnicero venezolano, pero carnicero por asesino, Nicolás Maduro.
En esta cita no hubo pudor alguno, ni consideración, ni moral, solo soberbia y derroche de miseria. La actitud de nuevo rico de Nicolás, con su habano, el reloj de oro, los escoltas sonrientes, la abundancia de carne, los gestos de soberbia del dictador, más la atención desmedida y servil del chef con su particular baile incluido, fue todo un acto ofensivo y hasta de desprecio hacia todo un pueblo que sufre y que pasa hambre.
El grotesco contraste de imágenes de un dictador venezolano que se dio una “escapadita” con su primera combatiente rubia a Estambul para atender una invitación especial a un millonario banquete, junto a la imagen de cientos de venezolanos hurgando en la basura para buscar que comer, o la de ríos humanos recorriendo las fronteras para huir el país, es realmente indignante.
Y es más que indignante en el contexto de la Venezuela de hoy en la que la carne es un bien escaso, con 87% de su población que vive en la pobreza, y un 61% en pobreza extrema, en la que 55% de los niños menores de cinco años sufren de malnutrición, y que por esta causa podrían morir este año 280 mil infantes y en la que al menos 8 millones de venezolanos no pueden comer tres veces al día.
Esa realidad de ciudadanos famélicos con estómagos vacíos es la antítesis a la realidad de un dictador obeso, que se dice llamar presidente obrero, pero no hace otra cosa que derrochar lujos, comer hasta la saciedad y fumar habanos para bajar su sensación de llenura, todo con el dinero que le roba a su pueblo.
Y es que así es el estilo de vida de “el hijo de Chávez” y “la primera combatiente”, desayunos, almuerzos y cenas de lujo y derroche, mientras somete a todo un pueblo entero a la miseria.
Pero nos llega un aliciente, al carnicero de Venezuela, ese que asesina a los venezolanos de hambre, le llegó la hora de la justicia. Cinco países de la región, Argentina, Chile, Colombia, Paraguay y Perú acudirán ante la Corte Penal Internacional para acusar a Maduro por los crímenes de Lesa Humanidad ejecutados en contra del pueblo venezolano.
Es un acto de real justicia que representa el inicio de los últimos días de impunidad del dictador y su régimen.
En nombre de las madres y los padres venezolanos que han visto a sus hijos morir en defensa de la democracia de su país, que tienen a sus hijos y hermanos presos o en el exilio por pensar distinto, en nombre de todas las familias divididas por el éxodo provocado por el dictador, damos las gracias a estas cinco naciones por hacer justicia en nuestro nombre.
Pero queremos ir más allá, la semana que viene Venezuela estará en la agenda de la Asamblea General de la ONU, en razón de ello hacemos un nuevo llamado a que más países se comprometan, a que más voces en el mundo condenen la dictadura, a que se ejerza con mayor fuerza la presión para poner fin a la dictadura de Venezuela.
Por cada día que pasa el dictador en Miraflores, son cientos de venezolanos que estamos condenando a muerte y miles que engrosan los ríos humanos que traspasan la frontera. Por eso pedimos una mayor determinación de las naciones del mundo hacia Venezuela. Y ese propósito es el que nos mueve y no nos permite descansar, acudiremos a donde nos toque ir para exigir justicia en nombre de los venezolanos. Y en ese reclamo de justicia está la salida inmediata de Maduro, porque un gobernante que irrespeta de esa forma a su pueblo, no merece el respeto de nadie.