Cuidado. No confundamos la gimnasia con la magnesia. El Cambio Ya que urge en Venezuela pasa primero por la salida constitucional de Nicolás Maduro; que no se nos olvide.
Sin duda, hemos dicho que la lucha es porque les devuelvan a los venezolanos el derecho a elegir, y construir con el voto una salida a la peor crisis humanitaria por la que ha atravesado el país en su historia; por eso el foco y la prioridad a corto plazo debe ser la elección presidencial, y luego las regionales; no al revés.
Ciertamente las elecciones regionales están en la Constitución y hay que pelear que, así como ese, se respeten todos los derechos que contempla la Carta Magna. Pero cuidado con vender eso -que es nuestro derecho- como una gran conquista y sobre todo cuidado con las condiciones en las que va la oposición a ese proceso. Unas elecciones con algunos de los principales líderes del país presos, exiliados o inhabilitados.
Probablemente con los partidos de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) deslegitimados, y hasta sin poder ir con la tarjeta MUD a la contienda electoral; eso, sin duda, sería ir a unas elecciones como en Nicaragua, donde no existen condiciones para competir y la oposición va a las urnas electorales sólo a seguir convalidando un régimen antidemocrático como el de Daniel Ortega.
Desde hace unas semanas, hay gente vendiendo las elecciones regionales como la medicina sistémica para Venezuela, recordando aquellos anuncios brasileños que expresaban «¡Pare de sufrir!; como si ir a unas elecciones regionales resolviera todo. Falso.
Cuidado con lo que pedimos. Es lamentable ver cómo algunos factores de la oposición ahora parece que se olvidaron de que la única forma de construir un cambio real es removiendo a Maduro del poder. Sólo sin Nicolás en el poder tendría fuerza y sentido una Gobernación.
La lucha, lo sostenemos una y otra vez, debe ir enmarcada, a nuestro criterio, en tomar las calles de forma pacífica junto a nuestro pueblo que está sufriendo, y elevar la presión popular al máximo para obligar al Gobierno a ceder y conquistar unas elecciones generales previa salida de Maduro del poder.
Esa es la lucha real, lo demás son espejismos regionales, pañitos de agua caliente, y oxígeno para este moribundo Gobierno.
La lucha de un pueblo, pacífica, organizada y masiva todos los días es lo único que hace retroceder a este régimen y así lo ha demostrado nuestra historia recién, esa lucha proponemos debe estar acompañada de una agenda internacional que genere presión en la dictadura venezolana.
Y precisamente, esta lucha internacional que estamos librando sin descanso en las instancias y organismos en el mundo, les ha dolido tanto que, en un desesperado y bochornoso arrebato, el pasado viernes el Gobierno revocó el pasaporte de mi hermano, el diputado y Presidente de la Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional, Luis Florido.
¿La razón de esta nueva locura?, sencilla: Luis regresaba a Venezuela luego de quitarle la careta a la dictadura que representa Nicolás Maduro, en el mundo.
Estas prácticas ya han ocurrido, y por citar un ejemplo, tenemos el caso de María Corina Machado; y otros líderes de oposición con «prohibición de salida del país».
Por eso repetimos, ¿Elecciones? Sí. ¿Elecciones como en Nicaragua? No.