Nuevamente el señor Francisco Arias Cárdenas confundió las cuentas con los cuentos. El descaro y la desfachatez no tienen límites. Por cuarto, y último año, porque como dice la canción: “esa flor ya no retoña”, se burla de los zulianos al presentar unas cuentas chucutas de lo que fue su gestión en el año 2016.
Visiblemente quebrantado de salud, agotado y con un incontrolable ataque de tos que le dio al decir que este año estarán listos el distribuidor del Kilómetro 4, el complejo deportivo Sierra Maestra, y el Oncológico; el cual prometió entregar el año pasado en seis oportunidades; Arias estuvo dos horas confundiendo las cuentas con los cuentos. Con el mayor cinismo del mundo, el señor gobernador del Zulia dijo textualmente que: “El 2016 quedó reflejado en obras y servicios (…)”, mentiroso.
Veamos Francisco Arias, los centros de salud parecen hospitales de guerra, están prácticamente en el piso y sin insumos; las escuelas son cascarones vacíos, fueron clausurados programas como el de alimentación escolar; las calles parecen un campo minado; hueco en el que se caiga puede ocasionar la pérdida del carro o de la vida; y así una larga lista de la grave condición en la cual se encuentran las obras y servicios en el estado por tu irresponsabilidad.
No dejamos de preguntarnos ¿dónde están los reales? Ni en esas dos horas de cuentos, ni mucho menos en los últimos cuatro años. No hay que ser un letrado en economía para darse cuenta que los más de 125 millones de bolívares fuertes asignados entre los años 2012 y 2016 no se ven reflejados en ningún rincón del estado.
Unos cuñetes de pintura roja para oficinas, hospitales, ambulatorios y escuelas dependientes del Ejecutivo regional; no pudieron haber costado 125 millones de bolívares fuertes. Ni un colegio, ni un ambulatorio, ni un comedor comunitario, fueron construidos durante la nefasta gestión de Francisco Javier Arias Cárdenas. Yo lo reto a que me desmienta, mostrando una obra construida desde cero en este período gubernamental.
La estafa es tan grande, que ni siquiera culminó el Aula Magna de LUZ y el Museo de los Niños, por citar algunas. Tan chucutas y desfasadas son las cuentas de Arias, que esta semana anunció su pretensión de aspirar a la reelección porque según él, “queda mucho trabajo por hacer”; descarado.
Esa será la primera factura que el pueblo zuliano le pasará para irle cobrando las cuentas pendientes. Con votos, no de otra manera para que quede claro, lo sacaremos del Palacio de los Cóndores ciudadano gobernador.