Perdimos la cuenta de cuantas veces el nombre de Venezuela y de su dictador, Nicolás Maduro, salió a relucir en los pronunciamientos de los mandatarios que participaron en las 73° Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas. Fue una derrota tras otra.
Hasta resultó ser centro de bromas y risas, en reuniones y pasillos. La participación de la delegación venezolana, encabezada al principio por el bufón de Jorge Arreaza, terminó siendo la comidilla entre los periodistas que cubrían este evento internacional, por su intento de ingresar a la fuerza a una reunión entre dos mandatarios, a la cual no fue invitado, y por ende repelido por los miembros de seguridad presidencial. Y ni hablar del intempestivo y polémico viaje del dictador, quien pretendió armar todo un show para desviar la atención del gran titular del día: Seis países solicitaron a la CPI iniciar juicio por crímenes de Lesa Humanidad en contra del dictador Maduro.
Y es que fue tan dura la derrota que recibió Maduro por estos seis países que lo señalaron ante el mundo como criminal, que no le quedó otra que armar un viaje de último momento, anunciando una supuesta reunión con Donald Trump, que nunca se dio, y mucho menos se programó, para finalmente llegar a la ONU a pedir cacao.
Lo cierto es que tras todas estas estas expresiones de rechazo y condena se impuso el interés de los países de la región de solidarizarse con el pueblo venezolano, el sufrimiento de nuestros connacionales en éxodo fue la nota sostenida y constante en los pronunciamientos, y fue el motivo y motor de reuniones, acuerdos, resoluciones y acciones.
El mundo entendió, en su justo valor y contexto, que la estampida de venezolanos hacia las fronteras es consecuencia de la dictadura de Nicolás Maduro, aunque él nunca lo aceptó en su discurso plagado de mentiras. Que el plan del régimen de Vuelta a la Patria es un vil montaje mediático, que nadie asume el desarraigo y parte de su tierra por propia voluntad, y todo ese despliegue de maldad, debe tener sus consecuencias.
Y precisamente, consecuencia de todo este mal que Maduro y su régimen han provocado hacia el pueblo venezolano es lo que sensibilizó y movió a seis países a firmar una solicitud pública para requerir de la Corte Penal Internacional que proceda a investigar a Nicolás Maduro por los crímenes de Lesa Humanidad cometidos en contra de sus ciudadanos. Canadá se sumó a la petición de Argentina, Perú, Chile, Colombia y Paraguay.
Esta unión de países en favor del rescate de la democracia de una nación es un hecho sin precedentes, pues es la primera vez que países miembros de la corte, que tiene su sede en La Haya, piden a fiscales que investiguen a otra nación firmante. Y definitivamente debe ser así, porque los problemas colectivos que está generando el éxodo de venezolanos que huyen de la dictadura, exigen soluciones colectivas que se propongan y activen desde la ONU, OEA, Grupo de Lima, Unión Europea, Estatuto de Roma, y todo ente multilateral presto a auxiliar a un pueblo sufrido y diezmado como el venezolano.
También quedó claro ante el mundo que la solución a la grave crisis que atraviesa el pueblo venezolano pasa por ejercer cada vez mayor presión para poner fin a la dictadura, génesis de todo este mal.
Por ello respaldamos el incremento de las sanciones que se están ejerciendo en torno al círculo íntimo del dictador. Las represalias financieras en contra de Cilia Flores, Delsy Rodríguez, Jorge Rodríguez, Vladimir Padrino López, y Diosdado Cabello, este último mediante el desmantelamiento de su red de corrupción, son justas, pero es que el daño que han hecho estos personajes malévolos es tal, que nunca serán suficientes.
Y eso lo tenemos muy claro quienes desde el exilio mantenemos elevada nuestra voz por los venezolanos y ejercemos todos los recursos para ampliar ese castigo. El foco de nuestra agenda es uno solo, salir de la dictadura en Venezuela. Solo así se restablecerá la democracia y rescataremos nuestro país. Es lo que nos mueve, por ello no desmayamos en la tarea de sumar más voces y fuerzas para aumentar la presión hacia el régimen. Vendrán nuevas sanciones, acciones y resoluciones en contra del derrotado Nicolás Maduro, eso, lo podemos asegurar.