Este régimen usurpador de Venezuela no solo es corrupto, con vinculaciones comprobadas con el narcotráfico, indolente y criminal, además es manipulador, cobarde y mitómano. Y es manipulador, cobarde y mitómano, porque ante las claras evidencias de sus delitos y faltas, su salida ha sido huir de sus responsabilidades, y sin tomar en cuenta ni percatarse de la cronología de sus hechos, de las investigaciones y la noticia críminis, culpan de los males por ellos generados durante 26 años de desgracias, a una orden ejecutiva sancionatoria de esta misma semana.
El victimario quiere hacerse hoy la víctima y llora falsamente, todo para no pagar ni correr con las consecuencias de sus delitos. Los venezolanos hemos sido testigos en primera fila y víctimas además, de los desafueros de este régimen. ¿Acaso la debacle del servicio eléctrico arrancó en 2019? ¡No!, y de eso pueden dar fe los zulianos, entre otros ciudadanos, que reportan más de tres años de inclementes racionamientos y caos. O podemos preguntarle a los tachirenses para que precisen desde cuándo son víctimas de la crisis de la gasolina y el gas.
Podemos también preguntarle a cualquier paciente oncológico o inmunológico cuándo comenzó a percibir fallas en la dotación de sus medicamentos y tratamientos en las farmacias de alto costo del Seguro Social. Preguntar además a los trabajadores petroleros cómo les ha cambiado su calidad de vida, luego de las expropiaciones a las contratistas e instalaciones lacustres. O hacer una encuesta libre a comerciantes y ciudadanos en cualquier mercado de Venezuela para que nos narren desde cuándo comenzaron a percibir la merma de los alimentos en los anaqueles.
Todas las respuestas se remontarán a fechas en las cuales ni siquiera el señor Donald Trump aparecía en el panorama político norteamericano, por el contrario, las fechas se relacionan con una serie de sucesos desencadenados por este mismo régimen.
Pero vamos más allá y formulemos otras interrogantes: ¿Quién tomó la decisión de expropiar bienes e industrias?, ¿quién le declaró la guerra a la empresa privada venezolana?, ¿quién impuso y quién se ha beneficiado del control de cambio?, ¿quiénes aparecen a la cabeza de los grandes negocios de alimentos y medicinas del régimen?, ¿quién ordenó el cierre de las fronteras? Las respuestas a estas preguntas apuntan a un denominador común: Nicolás Maduro Moros y su régimen corrupto. Nada apunta a las recientes sanciones, por ende aquí el único culpable de la crisis desatada en la Venezuela de hoy, eres tú, Nicolás.
Tú y tu entorno podrido tienen que entender y asumir las consecuencias de sus actos, y las sanciones son la consecuencia a sus desafueros e indolencia.
Cada sanción en contra de la dictadura los acorrala aún más, y es una demostración de que han perdido todo el apoyo internacional. Ayer fue Estados Unidos quien los sancionó y Suiza actualizó su listado, mañana otra nación democrática hará lo suyo, hasta cercarlos y provocar así la salida de los corruptos y violadores de los derechos de los venezolanos.
Son años de caos y corrupción, al punto de una catástrofe humanitaria inducida por este régimen, que ya no puede seguir usando las sanciones internacionales como excusa para huir de su criminal responsabilidad ante el desabastecimiento, las muertes, la desnutrición, el deterioro de los servicios públicos y la miseria.
Son sanciones que procuran el castigo a quien, de manera indolente y criminal, ha hundido al país en el foso de la miseria, son para castigar a los victimarios, no a las víctimas. Estas sanciones buscan restringir el flujo de dinero a los bolsillos de los corruptos y en nada afectarán los esfuerzos que, desde el Gobierno legítimo del presidente (e) Juan Guaidó, venimos desplegando para reunir y hacer llegar la ayuda humanitaria a nuestros hermanos en Venezuela.
De allí que los venezolanos, en medio de toda esta desgracia, apoyemos estas acciones internacionales de castigo al opresor, porque está claro que son medidas destinadas a lograr el cese de la usurpación, y el pie para poner punto final a este triste capítulo de nuestra historia, cargado de crisis, hambre, muerte, corrupción, manipulación, tortura y éxodo. La culpa es tuya Nicolás y el mundo se está encargando de hacer justicia en nombre de los venezolanos.