El mundo los identificó: Diosdado Cabello, Tibisay Lucena, Tarek William Saab, Maikel Moreno, Antonio Benavides Torres, Gustavo González López y Néstor Reverol, son los siete jinetes del Apocalipsis.
Este miércoles el Consejo Federal de Suiza, en una expresión de profunda preocupación por las reiteradas violaciones de las libertades individuales en Venezuela, por el grave socavamiento al principio de separación de poderes y en vista de la ilegitimidad del venidero proceso comicial, decidió dar un paso al frente y convertirse en el primer país europeo en ejecutar el régimen sancionatorio que en enero aprobó la Eurocámara en contra de la dictadura de Venezuela.
Con esto, Suiza precisó, con fecha y acciones, una serie de medidas de presión dirigidas a restaurar la integridad del proceso electoral y el respeto pleno a la Constitución venezolana.
A estos siete jinetes del Apocalipsis le fueron congelados todos sus activos además se les prohibió su entrada y tránsito a Suiza. Y es que este país, de tradición neutral, decidió tomar partido para señalar y poner freno a estos delincuentes y asesinos de la dictadura.
Nadie lo pone en duda, estos siete criminales merecen cárcel y castigo porque con sus acciones socavaron la democracia y el Estado de Derecho, porque todos han violado los derechos de los venezolanos, porque mientras unos actuaron directamente, otros permitieron asesinatos y torturas, porque mientras unos reprimían abusivamente al pueblo otros desviaban la mirada y porque todos se encompincharon para perpetuar esta dictadura asesina en el poder.
Aplaudimos la ordenanza emitida por el Consejo Federal suizo que establece un embargo de armas, que ejerce sanciones financieras y restricciones de viaje a algunos funcionarios, además de prohibir la venta, suministro, exportación y el tránsito a Venezuela de armas y bienes que pueden utilizarse para la represión interna.
La aplaudimos pero también aupamos al resto de naciones del mundo a que activen desde ya medidas similares contra la dictadura que rige en Venezuela.
La decisión de Suiza se suma a todas las regulaciones y sanciones ejercidas por Estados Unidos, Reino Unido, la Unión Europea y Canadá, entre otros. Medidas de presión que definitivamente están restringiendo el margen de maniobra de Maduro, a quien ya le quedan muy pocas jugadas.
Maduro no ha podido superar la desconfianza generalizada que el mismo ha tejido a su alrededor, la falta de credibilidad y el desconocimiento mundial hacia las elecciones de la dictadura, la ilegitimidad de la ANC y la incredulidad alrededor del Petro y del nuevo cono monetario.
Mientras el dictador no reconozca la gravedad de la crisis humanitaria en la cual ha hundido al país, mientras no de señales de real compromiso hacia el restablecimiento del cauce democrático y no convoque a elecciones en un marco de transparencia, respeto a la disidencia e igualdad de condiciones, las sanciones, restricciones y regulaciones irán, irremediablemente, en aumento.
Hoy son estos siete jinetes los señalados de llevar por toda Venezuela la peste, la miseria, el hambre y la muerte, pero son muchos más y seguro estamos que esa lista de delincuentes será ampliada hasta dar con el dictador. Y hablando del fin de los tiempos, esta histórica medida que está asumiendo Suiza podría interpretarse como el anuncio apocalíptico de la caída del régimen de Maduro.